Respuesta de Champions. De equipo serio con aspiraciones ambiciosas. Con la autoridad propia del que se instala en las alturas y no admite que su posición se menoscabe lo más mínimo después de un tropiezo. Porque este Sevilla transmite tanta convicción y seguridad que genera una superioridad con la que controla completamente la situación. Lo hizo en El Sadar, con una prestancia asombrosa, con la capacidad de marcar los tiempos, de adaptarse a las diferentes situaciones que le proponía el partido para luego pegar con contundencia.
Se adelantó en el 19' con gol de Diego Carlos merced a una hegemonía progresiva, casi silenciosa, la de un mecanismo perfectamente engrasado. Sin rastro de la derrota contra el Dortmund, anuló a Osasuna con un perfil protágonico con el que chequeó todo lo que ocurría sobre el césped, siempre bajo su lupa, sin dejar que nada se saliese del guión. El segundo, obra de un De Jong más que subido al barco, confirmó que no había partido o al menos sólo el que Lopetegui había diseñado en su pizarra. El Sevilla se pone tercero y no se atisba techo.
Cuatro cambios en el once
Lopetegui realizó
cambios puntuales en el once con respecto al Dortmund, con la entrada
Óliver por Rakitic,
Munir por Papu y
De Jong, muy acertado el miércoles, por
En-Nesyri. Además, prorrogó la rotación en el carril zurdo para dosificar a Escudero ante la ausencia de Acuña, utilizando de nuevo como lateral a
Rekik, titular también en el último partido liguero.
Enfrente un Osasuna que irrumpió impetuoso, con intensidad y una presión alta para impedir salir con comodidad al Sevilla. Este frenesí le permitió disfrutar de dos ocasiones seguidas en los dos minutos iniciales, primero con un disparo fuera y después con un
cabezazo al palo de Oier.
Una velocidad más que el Sevilla comenzó a aplacar pronto por medio del control de balón y posesiones largas , gestionadas por dentro para salir por fuera, con laterales largos y Suso con su habitual tendencia al centro para generar y abrir espacios. Con esta fórmula tomó el mando y empujó hacia atrás a un Osasuna con todo el equipo defendiendo cercano a su área.
Este dominio se tradujo en el 12' en la primera ocasión nervionense, con un volea de Munir blocada por Sergio Herrera tras una acción muy elaborada. La segunda terminó en la red, en una acción de estrategia en la que un magnífico centro de Jordán lo cabeceó de forma impecable Diego Carlos.
El Sevilla se sentía cómodo con el balón,
merced a continuos apoyos y una gran movilidad por dentro que favorecía muchas líneas de pase. Así,
Óliver se situó más de lo habitual en línea con Fernando y asumió las responsabilidades en la gestación, con Jordán algo adelantado para ocupar espacios, si bien se fueron alternando de forma coordinada, lo que, junto a las apariciones de Suso, multiplicaron las vías para superar la contención rojilla. Estas ayudas
le permitieron también escapar cuando Osasuna daba el paso al frente, con el consecuente campo para correr a su espalda una vez rota la línea.
Osasuna no se achantó y logró recuperar durante unos minutos el esférico por su intensidad en la presión, obligando al Sevilla a estar muy concentrado en los centros laterales, arma preferida de los locales. No obstante, bastó un contragolpe para
devolver el partido al terreno pamplonica, avisando de nuevo con un cabezazo a las manos de Herrera.
La aportación como pantalla de De Jong y la posición pegada a la cal de Suso para estirar el campo
cuando se jugaba en territorio visitante le ofrecieron oxígeno cuando por dentro no había fisuras. Con este escenario se alcanzó el descanso, con triunfo nervionense desde el 19'.
Arancó la segunda parte como terminó la inicial, con
el Sevilla en los aledaños del área de Sergio Herrera y con dos opciones inmediatas, con un remate salvado por un zaguero y un disparo alto de Suso.
Era el preludio del 0-
2 en el 49', nacido de
un robo de Fernando, que avanzó con potencia para después habilitar a
Munir, rápido y certero en su pase de la muerte a
De Jong, con
definición de 'killer' en el primer palo.
0-2. El mejor comienzo posible para la reanudación.
La ventaja aumentó la comodidad del Sevilla, muy seguro con el balón, sin necesidad de asumir riesgos, con basculaciones ordenadas y con amplitud de campo para desgastar aún mas a un Osasuna incapaz ni siquiera de dominar en una de sus especialidades, el juego áereo.
El posicionamiento nervionense cercenó cualquier camino de los navarros hacia Bono. Por abajo. Por arriba. Y cada carrera a su espalda se conveirtió en una llegada visitante. Porque
este Sevilla ya hace tiempo que quiere correr, que no menosprecia una contra.
La tuvo en una arrancada que terminó en las botas del recién entrado
Papu, que lanzó
un potente latigazo despejado por Herrera. Sólo pasaba lo que el Sevilla quería, lo que le dejaba a un Osasuna que multiplicó los balones colgados pero nunca puso en verdadero peligro a Bono.
Reflejo de la solidez nervionense y del oficio de un equipo que, lejos de acusar el golpe sufrido el miércoles, ofreció
toda una lección de autoridad con la que prolonga su espectacular racha liguera y
le catapulta al tercer puesto. Un podio que, a estas alturas, no sorprende a nadie, realidad que lo dice todo de este
gran Sevilla.
Ficha técnica:Sevilla FC: Bono, Navas, Koundé, Diego Carlos, Rekik, Fernando, Jordán (Gudelj 87'), Óliver Torres (Rakitic 66'), Suso (Aleix Vidal 66'), Munir (Papu 80') y De Jong (En-Nesyri 80').
Osasuna: Sergio Herrera, Nacho Vidal (Iñigo Pérez 80'), David García, Aridane, Manu Sánchez, Lucas Torró, Oier (Brasanac 65'), Moncayola, Kike Barja (Roberto Torres 65') , Rubén García (Calleri 65') y Budimir (Adrián 84').
Goles: 0-1 (19') Diego Carlos;
0-2 (49') De Jong.
Árbitro: Alberola Rojas, manchego. Amonestó a los locales Nacho Vidal y Torró, y a los sevillistas Munir y Jordán.
Incidencias: partido de la jornada 24 disputado en El Sadar, sin público.
Álvaro Palomo8 min lectura