El director general deportivo del Sevilla FC, Ramón Rodríguez Verdejo, ha sido el protagonista este miércoles en la radio del club para analizar su récord de 500 victorias como responsable nervionense, reconociendo que "no llevaba la cuenta", aunque su amigo Mérida le "actualiza cada dos por tres los datos", pero el hito le "cogió por sorpresa. Son unos números bonitos, evidentemente", si bien precisa: "Mi margen de influencia es verdad que es mínimo, porque no he jugado ningún partido, pero sí te quedas con lo vivido en ellos y con quién los has vivido; y, sobre todo, que has hecho feliz a mucha gente. Son 500 alegrías, como mínimo, porque seguro que también hay algún empate o derrota con ese sabor en alguna eliminatoria. Las horas de trabajo que uno le dedica a esto es para hacer feliz a la gente del Sevilla".
Añade el isleño que "el vocablo Monchi debería abrir un paréntesis para incluir a presidente, consejeros, jugadores, entrenadores, empleados, amigos, familia, etc. Ha habido mucha ayuda, mucha confianza, el apoyo de la afición", reconociendo haber sacrificado cosas por el camino, pero repartiendo responsabilidades: "He quitado tiempo a mi familia y a mis amigos; mis antiguos compañeros también han sumado, igual que los de ahora; Pablo Blanco, Agustín Moreno... Detrás de esa palabra hay muchísimo. Todos hemos tenido que ver parte en ese orgullo que sentimos sobre el Sevilla FC y es lo que nos tiene que valer para seguir".
Sobre sus números propiamente estadísticos, Monchi bromeaba con que "faltan los partidos como futbolista, que no son muchos, pero alguno hay... Es bonito ser parte de la historia de este club y de haber vivido tanto desde el 1988" que llegó. "Más que yo una parte del escudo es al revés, el escudo es una parte muy grande de mi vida. Llevo 33 años en esta ciudad y tengo 52; es muchísimo ligado al Sevilla, y me quedo con eso, con ese vínculo de tres cuartas partes de mi vida. Que me quiten lo bailado, por supuesto", zanjaba.
Monchi se refirió a su primera temporada como director deportivo y a la importancia de Roberto Alés en esa decisión que tomó: "Fue muy bonita, porque despertaba muchas dudas. Pasé de portero a delegado y a director deportivo. Me quedo con muchos momentos de ella, y algunos duros. Las dudas me caían encima volviendo de Jaén tras perder allí. Pensaba que dónde me había metido; estábamos séptimos en Segunda. Al poco tiempo, todo empezó a mejorar y, al final, fue una temporada magnífica. Roberto apostó por mí por encima de todo y me puso delante del todo. Se lo agradeceré de por vida. Fue un osado, al igual que yo cuando acepté. Su riesgo y mi osadía hicieron que hoy estemos aquí".
A la hora de elegir uno de esos 500 triunfos, duda, aunque se decanta por una que sorprenderá a muchos: "Es difícil elegir una sola victoria. A todo el sevillismo nos marcó el triunfo ante el Schalke 04, que supuso un antes y un después; no puedo eludirlo. Pero yo me quedo con una de las más recientes, la final de Colonia contra el Inter. Supuso mucho. Habíamos sufrido mucho y tiene muchos condicionantes. Tuvimos que hacer cosas que hasta entonces no habíamos hecho. Fue la más profunda e intensa, aunque no la más celebrada".
Además, el director general deportivo confiesa que cada vez se emociona más: "El otro día celebré desde mi sitio el gol de Acuña corriendo como lo hacen Marcelino o Fernando Vázquez cuando marcan sus equipos. Sigo celebrando los goles como si me fuera la vida en ello. Disfruto poco luego de las victorias; siempre hay un reto posterior. Las noches de los títulos son diferentes, aunque me entretengo poco. Soy explosivo en las celebraciones, pero me enfrío rápido. A veces te arrepientes de no haber disfrutado más; te come el día a día y es una pena. Quizás debería haberlo hecho, aunque no nos ha ido mal del todo siendo así".
Por último, cree que la 501 debe llegar pronto para seguir creyendo en el objetivo: "Ganar en Balaídos sería muy importante. El equipo ha cogido un poco de aire y ha demostrado que tiene muchos argumentos; sería dar un paso más para ir confirmando cosas, aunque queda mucho por pelear y sufrir todavía. Ellos andan en un buen momento y nos van a poner las cosas muy difíciles".
Óscar Murillo6 min lectura