El reportero Álex Candal, trabajador de Direct TV Sports, desveló en pleno directo tras el Sevilla FC-Mallorca del pasado miércoles que un empleado del club nervionense trató de echarle del césped de malos modos, a pesar de que la plataforma por satélite es una de las licenciatarias autorizadas por LaLiga para emitir sus partidos en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela. Minutos después, el presentador del programa, el también conocido Pablo Giralt, explicaba que se habría producido, incluso, un intento de agresión y un zarandeo de la cámara, exculpando a la entidad blanquirroja, que "siempre ha tratado muy bien en el Ramón Sánchez-Pizjuán" al citado canal.
La persona que discute con el locutor suramericano no llega a salir nunca en pantalla ni se identifica, pese a las exigencias en este sentido de Candal, aunque el denunciante lo califica de hombre trajeado que trabaja para el Sevilla FC. Durante los minutos de tensión, recogidos en el vídeo anexo a esta información, se puede ver cómo el comunicador venezolano de 52 años pide a su interlocutor que llame a la policía, negándose a abandonar el campo, que permanece mínimamente iluminado en las imágenes, por ser "una televisión con derechos", al tiempo que desde el estudio anunciaban el envío del vídeo a LaLiga para que tomara medidas.
A falta de confirmar de quién se trata y de si tenía razón a la hora de intentar evacuar a los informadores, más allá de las formas utilizadas (también hay que reseñar la negativa tajante a moverse de Candal), puede deducirse que el clima de tensión vivido en el recinto nervionense, donde el conjunto de Julen Lopetegui no pudo pasar del empate sin goles ante el RCD Mallorca de Javier Aguirre y sigue sin confirmar su participación el curso venidero en la Champions League, no afecta únicamente a público, entrenador, jugadores y directivos. El caso es que, a falta de dos jornadas para la finalización de LaLiga, el Sevilla FC continúa en una posición pintiparada para sentenciar, al menos, la cuarta plaza, una vez perdida la opción de ser segundo clasificado, puesto que ocupó casi toda la primera vuelta.
De esta forma, con la Supercopa de España como un premio ya imposible, el cuadro blanquirrojo necesita únicamente un punto ante Atlético de Madrid o Athletic para respirar tranquilo y celebrar por tercer curso consecutivo la clasificación para el máximo torneo continental. Incluso, aunque perdiera ambos encuentros, solamente un pleno del Real Betis, su eterno rival, contra Granada CF y Real Madrid le privaría de ir a la UCL y le condenaría a jugar la Europa League, por lo que, si los verdiblancos se dejasen algún punto por el camino, también habría éxito nervionense.
Villa Gómez3 min lectura