El Benito Villamarín recibe
la visita de un Villarreal al que de un tiempo a esta parte suelen llamarle ´Submarino´. No obstante, el cuadro amarillo hace muchos años que tiene como hábitat natural la superficie de la clasificación, justo el caso opuesto al de un Betis que lleva años
sumergido en la mediocridad deportiva e institucional, a caballo entre la falta de ambición y ese
carácter autodestructivo que termina convirtiendo en borrón hasta el trazo de la pluma más fina.
A 12 puntos de su objetivo de superar la décima plaza de la pasada temporada y
a 15 de los 45 puntos con los que Merino acabó la Liga 15/16, lo único que le queda a este equipo en estas nueve últimas jornadas es, más que nada, ganar la credibilidad perdida ante los suyos desde tiempos inmemoriales. De lo que sea capaz de hacer esta noche y de la actitud que ponga sobre el verde, dependerá el grado de atención que se lleve un graderío que se toma este encuentro como
un tenso plebiscito sobre sus jugadores y
un entrenador confirmado ya para la próxima temporada (al menos, de cara a la galería, pues en los despachos se atisban movimientos de sable).
Desde luego, a recuperar la confianza de su parroquia no ayudan nada los últimos minutos en Cornellà: con Víctor
retirando del campo a sus mejores hombres y encerrando atrás a un equipo al que le cuesta un mundo marcar un gol y que, para colmo, las pocas veces que tiene el marcador a su favor es incapaz de defenderlo. Se vio el viernes ante el Espanyol. Y con el
Depor, Barça, Sevilla, Real Madrid...
Además, el rival que tendrá hoy delante
no es un cualquiera. Los de Escribá, que anunció que
hará muchas rotaciones y sacará "un equipo fresco" ante el apretado calendario de esta semana, luchan por Europa y el Betis
sólo ha ganado uno de sus 15 partidos contra los diez primeros.
Como en el caso de su rival de hoy, en el cuadro verdiblanco también
se esperan cambios. Lo aconseja los tres partidos que tiene en ocho días y el cansancio acumulado de algunos de los internacionales, casos de
Durmisi, un
Ceballos entre algodones o
Tosca. Con
Mandi casi descartado, el rumano será titular junto a
Pezzella y Bruno, con la duda de si
Piccini vuelve a la derecha y de si
Álex Martínez le da descanso al danés.
La tripleta
Pardo-Brasanac-Ceballos es lo mejorcito que tiene hoy el Betis, pero
Petros, Jonas o Donk esperan la oportunidad de un Víctor que sería entendible que fuese ´egoísta´ y apostase por los mejores, dejando la rotación para
Las Palmas y buscando así salvar con nota el juicio al que le someterá el beticismo. Arriba,
Sanabria parece fijo junto a un
Rubén que
se llevó ayer los palos de Víctor y que ya de por sí genera su propio plebiscito.