Reyes sí, pero no a cualquier precio

Ya avisó José Antonio Reyes el pasado verano de que su intención era cumplir contrato en Nervión, donde su vinculación con el equipo de su alma llega al epílogo el próximo mes de junio. Y con enero a la puerta de la esquina y con el de Utrera brillando sobre el césped, todos los focos se han centrado en el delicado asunto de su futuro.


La decisión, lógicamente, no es sencilla, puesto que el utrerano, cuando se pone, lo borda y de verdad. Ya se vio ante el Granada o ayer, en Copa, ante el Sabadell. El utrerano es un ´crack´ al que le gusta ´dormir´ en casa y por eso, como ocurrió el pasado verano, prefiere disfrutar del final de su carrera cerca de los suyos, pese a que ello suponga ingresar varios cientos de miles de euros menos por temporada.

El problema es que, pese a sus destellos y sus momentos de forma, el utrerano ha pasado a un papel secundario dentro del equipo, un rol que el bueno de Reyes parece llevar con dignidad y que, visto lo visto, le ha convertido en un auténtico revulsivo. Entonces... ¿Debe el Sevilla renovarlo? Pues sí, pero no a cualquier precio. El atacante, pese a que por regla general está rindiendo cuando juega, es una de las fichas más elevadas de la plantilla, unas cifras que el plantel de Eduardo Dato, bajo mi humilde opinión, no debería seguir permitiéndose en futuras temporadas cuando se habla de un jugador que no es titular.


Pesan los años, pero también las fichas. Y eso, precisamente, es lo que va a ocurrirle a Reyes a partir de enero. Equipo le están buscando y los 2-2´5 kilos que le ofrecen en Turquía o destinos exóticos difícilmente los olerá en España, por no hablar en Sevilla, donde tampoco llegan a esa cifra a pesar de ser elevada su ficha. ¿Lo ideal? Que volviera a bajarse el caché de manera considerable, como hizo cuando volvió. A otro precio, debería ser una renovación obligada.