Puede que sea el lío del vestuario, la plaga de lesiones -y otras enfermedades- que arrastra el Sevilla desde que empezó la pretemporada o los muchos cambios que se han producido con respecto al pasado año, pero las miradas, en más de una ocasión en las últimas semanas se han dirigido hacia el banquillo.
Me pregunto qué hubiera pasado si Konoplyanka no marca ese golazo ante el Rayo después de que Emery hubiera quitado a Coke para dar entrada a Mariano. Posiblemente, aún se estaría hablando del cambio, pese a haber jugado por medio con la Juventus. Y no precisamente para alabar el acierto del de Hondarribia.
A Unai pueden ponérsele algunos peros en sus planteamientos y en sus cambios, sobre todo cuando juega ante los poderosos, pero creo que se puede dudar poco de su compromiso con el Sevilla y de que sus decisiones no hayan tenido siempre un porqué. Después de dos años y medio en el club, después de habérsele visto aciertos y errores, los sevillistas saben de sobra que cuando ve que algo no funciona, cambia; cuando su equipo tiene carencias, siempre trata de compensarlas; y acaba encontrando la solución. Emery merece más crédito. Se lo ha ganado.
Antonio José Medina
