La esperanza verdiblanca tuvo recompensa final

Lejos de comenzar el partido con la rabia que se le presumía al Betis tras la afrenta de la primera vuelta, salieron los de Mel contemporizando esfuerzos, no sin intentar llevar el peso del partido, pero en su justa medida. Los contragolpes nervionenses infundían demasiado respeto en Heliópolis muy pronto se comenzaron a ver los resultados.

Así, tras unos primeros minutos de dominio local con Joel Campbell como protagonista verdiblanco, el mazazo inicial, como ya ocurrió en el Sánchez Pizjuán, lo dio el Sevilla. Ocurrió en el minuto seis de partido. Los nervionenses encadenaron un contragolpe de lo más calculado. Reyes le puso el balón en profundidad a Rakitic por la izquierda y el croata engañó como quiso a Adrián poniéndole el balón al primer palo. El recién casado estiraba con el regalo del gol su particular luna de miel y callaba las críticas de los que defendían que no era de recibo contraer matrimonio en vísperas de un partido de tamaña importancia.

En el otro lado de la moneda quedaba Adrián. El joven cancerbero heliopolitano volvía a evidenciar que los derbis no son lo suyo. Su actuación en Nervión ya fue muy criticada y a las primeras de cambio dejaba desguarnecido su palo para que Rakitic hiciera resonar las campanas de su boda en Heliópolis. 0-1.

La afición bética gritaba con más fuerza si cabe, enfurecida por un nuevo jarró de agua fría tan tempranero ante el eterno rival. Y los gritos espolearon a los suyos. Fue Dorlán Pabón quien dejó constancia de que los ataques iban a estar mejor que las defensas en el Villamarín. Un fallo de Botía sacando el balón desde atrás lo aprovechó el colombiano para sacarse el coraje con un disparo raso potentísimo que bloqueó Beto.

La respuesta sevillista salió de los pies de Navas -espectacular el partido de 'El Duende'-, que puso un centro desde la derecha para que Negredo rematase con una volea a la máxima potencia que interceptó Adrián y cuyo rebote fue a dar en el palo. Se rozó el segundo y sólo transcurría el minuto 14 en La Palmera. El miedo a repetir lo ocurrido en el Sánchez Pizjuán hizo dar un paso atrás a los béticos y encumbró los ánimos sevillistas.

En los siguientes tres minutos se sucedieron tres intentonas béticas con disparos lejanos sin demasiado peligro. Beñat, Juan Carlos y Chica insuflaron ánimos a la audiencia con más corazón que cabeza. Sabían que debían dar mucho más en una noche tan señalada.

Y el Sevilla, mientras tanto, estaba a lo suyo. Porque no se había alzanzado el minuto 20 de partido y Rakitic volvió a enmudecer al Villamarín. El internacional croata buscó un pase en profundidad a Negredo, que estaba en claro fuera de juego, pero la mala suerte se cebó esta vez con el Betis, en concreto con Chica, que cortó el pase y de forma involuntaria se convirtió en el mejor asistente posible para el propio Rakitic, que en el segundo palo terminó batiendo por alto al portero verdiblanco con todo a favor para hacerlo. Adrián no se lo creía. 0-2.

El segundo tanto nervionense abrió un nuevo escenario en el partido. El Betis estaba deshecho. El Sevilla jugaba a favor de corriente y las diferencias en cuanto a confianza entre ambos terminaron por desnivelar la balanza pasada la media hora. Fue entonces cuando llegó el momento de Negredo. El vallecano comenzó una jugada con una pared con Rakitic, éste abrió para Reyes y el utrerano, haciendo gala de su mejor versión (esa que parece tener aparcada últimamente solo en los derbis), metió un pase medido al corazón del área perfecto para Negredo, que culminó la jugada con un remate furtivo en el mano a mano ante Adrián. 0-3.

Algunos aficionados béticos comenzaban a desfilar para casa. Otro sonrojo en un derbi... demasiada carga. Los sevillistas querían otra 'manita' y así lo cantaban. Beñat se sacudía el enfado con una peligrosísima falta que se marchó rozando el poste derecho de la portería de Beto. Sólo era un espejismo. Realmente, Rakitic estaba jugando su partido soñado, era el dueño de la medular y bigoleador hasta el momento; Navas no había podido tener mejor regreso tras su sanción y se había convertido en un puñal por la derecha y Negredo, otra vez Negredo, no había fallado a su cita con el gol. El Sevilla era dueño y señor del partido.

Sin embargo, cuando parecía que se llegaría al descanso con un equipo, el bético, hundido y relamiéndose las heridas; y otro, el sevillista, sacando pecho, un fallo garrafal de Medel a la hora de sacar el balón jugado lo aprovechó Pabón, que encaró a Beto y lo batió por arriba. El colombiano se estrenó en un derbi con un gol que le supo a gloria y dio alas al Betis para la segunda parte. Y es que el tanto fue más psicológico que nunca. 1-3. Quedaba segunda parte por delante. Volvía a haber derbi.

En el segundo acto, sorprendentemente fue el Sevilla quien comenzó mandando. Pepe Mel quitó del campo a Juan Carlos y dio entrada a Jorge Molina. El Betis dejaba la iniciativa al Sevilla en los primeros minutos y nadie se volvía loco. Kondogbia pudo hacer el cuarto a los dos minutos de la reanudación tras un centro de Rakitic -soberbio el recién casado-, pero el disparo del francés prácticamente a bocajarro lo despejó Paulao in extremis.

En el 53' terminó de enredarse el partido. El asistente de Del Cerro Grande señaló una pena máxima cuanto menos dudosa por un supuesto empujón de Fazio sobre Jorge Molina dentro del área sin balón de por medio. Se equivocó el línea. Rubén Castro volvía a meter al Betis en el partido de penalti con algo de suspense pues Beto logró tocar el cuero en su estirada. 2-3. Había derbi, y tanto que había derbi.

Tres minutos después del gol terminó de cambiar la película. Medel se enzarzó en un rifirrafe con Cañas, ambos se propinaron algún que otro manotazo en la cara, pero fue más listo el roteño cuando exageró al tirarse al suelo por la supuesta agresión. Del Cerro Grande mostró una amarilla para Cañas y roja directa al chileno, que dejó a su equipo con diez y todavía quedaba más de media hora por delante. El 'Pitbull' es el primer jugador que ve tres expulsiones en esta Liga. Con el Sevilla acumula un total de siete rojas en 89 partidos oficiales en el Sevilla.

El Betis daba el paso adelante definitivo cuando saltó al campo Álvaro Vadillo. El canterano sustituyó a Campbell y comenzó a hacer de las suyas por la banda izquierda. De sus botas salieron un par de ocasiones en las que el extremo llegó hasta la línea de fondo sorteando a su marcador y se metió dentro del área al más puro estilo Iniesta.

Sin embargo, hubo que esperar hasta el último minuto del tiempo reglamentario para que Heliópolis terminase de estallar. Pabón puso un centro al corazón del área que remató Nosa con el alma. El nigeriano se elevó por encima de toda la defensa nervionense y su cabezazo picado con bote incluido no pudo ser atajado por Beto. Júbilo en el Villamarín. 3-3. Pepe Mel lo celebraba con rabia (y sospechosa peineta incluida). Nosa se reivindicaba ante su afición y también tiraba de peineta. El derbi moría con acciones gobernadas por la rabia y con la afición del Betis más satisfecha después de haber levantado un 0-3 en contra. El Sevilla sigue negado fuera de casa y esta vez fue por fallos propios. "Siempre nos pasa algo", lamentaba Navas al finalizar. 

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