La web oficial del Betis censura a Velasco Carballo y su presidente sólo lo matiza

Una denuncia formal del Betis sin renunciar a la autocrítica

Domínguez Platas entiende "una felonía" el arbitraje del madrileño, aunque descarta "una conspiración" en contra de los verdiblancos, asumiendo que descenderá por deméritos propios, si bien no oculta el tremendo enfado existente.

Una denuncia formal del Betis sin renunciar a la autocrítica
Manuel Domínguez Platas, presidente del Betis, matizó ayer la actuación de Velasco Carballo. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura
"Se ha cometido una felonía con el Betis por parte del árbitro que nos representará en el Mundial. El penalti fue rigurosísimo, rompió el partido y supuso un jarro de agua fría", apuntaba el presidente verdiblanco, Manuel Domínguez Platas, en los micrófonos de Onda Cero, donde trató luego de analizar el asunto con cierta perspectiva, asumiendo que el equipo descenderá a Segunda por deméritos propios: "Si hubiésemos hecho los deberes desde el primer día, nos habrían privado de otro objetivo, pero no estaríamos pensando ahora en perder la categoría. Tengo claro que no hay ningún tipo de conspiración arbitral".


Aprovechó también el letrado para defender que, en contra de lo que mantuvo su antecesor en el cargo, Miguel Guillén, quizás hubo precipitación a la hora de la destitución de Mel, un análisis curioso a todo pasado. "Había cierta desconexión entre Pepe y la plantilla y entre la plantilla y Pepe. Visto ahora, igual tuvimos que dar alguna vuelta más a esa posibilidad, pero también es cierto que ya íbamos los últimos destacados durante varias jornadas", afirma Domínguez Platas, quien se mostró más ambiguo sobre la negociación con Gabriel Humberto Calderón para que el argentino comande la ´operación retorno´: "Tenemos una conversación pendiente con él que no se ha producido".


Volviendo a la polémica del último derbi, sorprendió que la web oficial de la entidad heliopolitana fuese tan contundente al analizar el partido. De esta manera, si la cabeza visible del consejo de administración daba una de cal y otra de arena, el medio oficial bético con más solera, que no hace sino representar la versión oficial de la entidad, se despachaba a gusto bajo el epígrafe 'Una imagen vale más que mil palabras (0-2)' y con la doble fotografía de las posibles manos en el área de Carriço y del momento en que Juan Carlos toca balón antes que Bacca en la acción que, a los veintisiete minutos, dejaba a los locales con uno menos y permitía a los nervionenses abrir el marcador.


Podía pensarse que, dado que la crónica fue colgada apenas quince minutos después del pitido final, su responsable la había redactado en caliente, aunque permanecía ´online´ el día siguiente. En ella, el Betis denuncia "el penalti que no le pitan a Baptistao en el 3 del partido, cuando Iborra lo arrolla, es un hecho tan claro como que Juan Carlos toca pelota en la pena máxima que Velasco Carballo señala en la acción del madrileño sobre Bacca. De nada sirvió en la primera mitad que Juanfran fuera un martillo pilón por la banda derecha, que el Betis demostrase ser muy superior a su rival, que estuviera rozando el gol, y lo habría conseguido de no recibir el mazazo del colegiado".


A renglón seguido, el citado texto arguye que "todo ello se esfumó" con la polémica acción del minuto 27 y que "lo demás sobra, porque el árbitro le quitó la superioridad palpable que estaba demostrando", bromeando acerca de 0-1 de Gameiro desde los once metros, aprovechando "la asistencia que le proporcionó Velasco Carballo; no falló y puso a los suyos por delante".


Para finalizar, la crónica oficial, que pasa por alto el penalti no pitado luego a Amaya y el gol anulado al Sevilla, ambos por fueras de juego más que rigurosos, analiza otra pena máxima escamoteada por el colegiado madrileño a los verdiblancos: "Rubén remataba de cabeza y Carriço cortaba con la mano un balón que iba hacia la portería. Por una acción similar, en el campo del Barcelona, Amaya veía cómo le pitaban en contra un penalti, pero en el Villamarín los penaltis que son fuera se meten en el área y las manos que realizan los rivales no existen".


Como consuelo, los improvisados portavoces del sentir de los verdiblancos destacan el espíritu de lucha de un grupo de profesionales que "no bajó los brazos nunca", pero recalcan que "no lo dejaron defenderse con sus armas, y perdió".
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