"Se ha cometido una felonía con el
Betis por parte del árbitro que nos representará en el
Mundial. El penalti fue rigurosísimo, rompió el partido y supuso un jarro de agua fría", apuntaba el presidente verdiblanco,
Manuel Domínguez Platas, en los micrófonos de Onda Cero, donde trató luego de analizar el asunto con cierta perspectiva, asumiendo que el equipo descenderá a
Segunda por deméritos propios: "Si hubiésemos hecho los deberes desde el primer día, nos habrían privado de otro objetivo, pero no estaríamos pensando ahora en perder la categoría. Tengo claro que no hay ningún tipo de conspiración arbitral".
Aprovechó también el letrado para defender que, en contra de lo que mantuvo su antecesor en el cargo,
Miguel Guillén, quizás hubo precipitación a la hora de la
destitución de Mel, un análisis curioso a todo pasado. "Había cierta desconexión entre
Pepe y la plantilla y entre la plantilla y Pepe. Visto ahora, igual tuvimos que dar alguna vuelta más a esa posibilidad, pero también es cierto que ya íbamos los últimos destacados durante varias jornadas", afirma
Domínguez Platas, quien se mostró más ambiguo sobre la negociación con
Gabriel Humberto Calderón para que el argentino comande la ´operación retorno´: "Tenemos una conversación pendiente con él que no se ha producido".
Volviendo a la polémica del último
derbi, sorprendió que la web oficial de la entidad heliopolitana fuese tan contundente al analizar el partido. De esta manera, si la cabeza visible del consejo de administración daba una de cal y otra de arena, el medio oficial bético con más solera, que no hace sino representar la versión oficial de la entidad, se despachaba a gusto bajo el epígrafe 'Una imagen vale más que mil palabras (0-2)' y con la doble fotografía de las posibles manos en el área de
Carriço y del momento en que
Juan Carlos toca balón antes que
Bacca en la acción que, a los veintisiete minutos, dejaba a los locales con uno menos y permitía a los nervionenses abrir el marcador.
Podía pensarse que, dado que la crónica fue colgada apenas quince minutos después del pitido final, su responsable la había redactado en caliente, aunque permanecía ´online´ el día siguiente. En ella, el Betis denuncia "el penalti que no le pitan a
Baptistao en el 3 del partido, cuando Iborra lo arrolla, es un hecho tan claro como que Juan Carlos toca pelota en la pena máxima que
Velasco Carballo señala en la acción del madrileño sobre
Bacca. De nada sirvió en la primera mitad que
Juanfran fuera un martillo pilón por la banda derecha, que el
Betis demostrase ser muy superior a su rival, que estuviera rozando el gol, y lo habría conseguido de no recibir el mazazo del colegiado".
A renglón seguido, el citado texto arguye que "todo ello se esfumó" con la polémica acción del minuto 27 y que "lo demás sobra, porque el árbitro le quitó la superioridad palpable que estaba demostrando", bromeando acerca de 0-1 de
Gameiro desde los once metros, aprovechando "la asistencia que le proporcionó Velasco Carballo; no falló y puso a los suyos por delante".
Para finalizar, la crónica oficial, que pasa por alto el
penalti no pitado luego a
Amaya y el gol anulado al
Sevilla, ambos por fueras de juego más que rigurosos, analiza otra pena máxima escamoteada por el colegiado madrileño a los verdiblancos: "
Rubén remataba de cabeza y
Carriço cortaba con la mano un balón que iba hacia la portería. Por una acción similar, en el campo del
Barcelona,
Amaya veía cómo le pitaban en contra un penalti, pero en el
Villamarín los penaltis que son fuera se meten en el área y las manos que realizan los rivales no existen".
Como consuelo, los improvisados portavoces del sentir de los verdiblancos destacan el espíritu de lucha de un grupo de profesionales que "no bajó los brazos nunca", pero recalcan que "no lo dejaron defenderse con sus armas, y perdió".