La opción de que
Juan Merino deje de ser técnico interino del primer equipo para ocupar el cargo con todas las de la ley sigue ganando enteros a cada día que pasa. De hecho, salvo sorpresa mayúscula, el linense
volverá a dirigir a los heliopolitanos ante el Almería en Copa y, muy probablemente, también
frente al Mallorca en Liga, dando lugar a una situación que, con el reglamento en la mano, le impediría volver al filial.
No en vano, al ser un entrenador de carácter transitorio no podría ocupar el banquillo en más de dos encuentros oficiales, algo que únicamente sería posible que ocurriese en caso de que el club pidiese una prórroga especial a la RFEF y ésta, que no está obligada a dársela, decidiese concedérsela.
En cualquier caso, para que el máximo organismo de nuestro fútbol diese el visto bueno a la petición verdiblanca,
la entidad tendría que justificar que la contratación de un nuevo míster sería inminente, estando sólo a expensas de pequeños flecos, algo que a tenor de los últimos acontecimientos parece que no va a ocurrir a corto plazo.
Porque mientras
Pepe Mel continúa
lejos de regresar al Benito Villamarín, la situación de
Lorenzo Serra Ferrer en Mallorca sigue estando igual de enquistada que de costumbre. Más aún después de que
ayer se fuese al traste una reunión con Utz Claasen en la que el de Sa Pobla iba a intentar cerrar la
venta de su paquete accionarial, el más importante del conjunto balear. Todo a causa de que tanto su abogado, Eduardo Valdivia, como el del alemán, Roberto Mazorriaga, declinaran verse las caras acusando a la otra parte de filtrar a la prensa local que se iba a celebrar el cónclave.
Así las cosas, y a menos que en los próximos días hubiese nuevos contactos que cristalizasen en un traspaso de poderes, habría que esperar hasta el día 24 para que Serra quedase fuera de la nómina de compromisarios bermellones. Para ello, debería renunciar a acudir a la ampliación de capital que la entidad de Son Moix tiene puesta en marcha desde finales de noviembre y que expira precisamente en la jornada de Nochebuena.
Sea como fuere, el
Betis no podría esperar hasta entonces, ya que, a priori, ni el reglamento ni una hipotética prórroga concedida por la RFEF se lo permitirían. Es más, para esas fechas,
Merino habría dirigido al equipo en seis ocasiones (ante Llagostera, Mallorca, Lugo, Racing y dos veces contra el Almería en Copa), tiempo más que suficiente para convencer a la directiva o, incluso, precipitar que ésta tomase la decisión de buscar otra alternativa.
Sin embargo, el problema radica en que más allá de
Serra y Mel, el resto de nombres que se han barajado hasta el momento, caso de
Fernando Vázquez o Sergio Lobera,
prácticamente ya no tienen opciones, por lo que, al menos de momento, todo parece apuntar cada vez con más fuerza hacia la continuidad del preparador linense.
En cualquier caso, tanto al consejo de administración como a la dirección deportiva aún le queda margen de maniobra para tomar una decisión al respecto. Y aunque el tiempo comienza a apremiar, no existe una excesiva prisa,
quizás también porque Merino ya cumplió en su debut ganando al Llagostera.
José Julián4 min lectura