Cuando el pasado 25 de noviembre el Betis anunció que sería
Merino el que se iba a hacer cargo del equipo, de forma transitoria, tras la destitución de Julio Velázquez, pocos confiaban en que su etapa al frente del primer equipo durase más allá del encuentro más inmediato, el del Llagostera. Sin embargo, la falta de alternativas, las complicaciones de Serra para desvincularse del Mallorca y, sobre todo
, los resultados que ha ido cosechando el linense
han alargado una interinidad que se estudiará en profundidad esta semana.
Ollero garantizó tras la celebración de la junta ordinaria que antes de que acabase el año tendrían una decisión en firme al respecto. Los datos indicaban que el plazo correspondía al tiempo que necesitaba Serra para poder desprenderse de sus acciones, si bien el trámite es mucho más complejo de lo que a priori podría parecer, y en el Betis podrían dejar aparcada esa opción.
Eso, unido a que una presumible
negociación con Mel tampoco sería fácil, podría obligar a la dirección verdiblanca a valorar a Merino como una solución permanente.
Cada vez son más los adeptos que se unen a la causa del linense y que valoran el trabajo que está haciendo. Desde los jugadores hasta gran parte de la afición destacan que ha logrado
transformar a un equipo plano y anodino en uno aguerrido y solidario que saca adelante los partidos.
De hecho, tras la derrota ante el Alavés, último encuentro del salmantino, el Betis se encontraba a ocho puntos del ascenso directo, una diferencia que, tras los tres encuentros que ha dirigido el gaditano, se ha reducido hasta los tres puntos.
Tres victorias consecutivas que no se veía por Heliópolis desde finales de 2011, con Pepe Mel en el banquillo (Valencia, Atlético de Madrid y Sporting).
Con todo, en el debe sigue estando el buen juego. El linense ha respondido ante la urgencia de los resultados, pero resta por saber si con el proyecto cien por cien en sus manos
podrá colmar las exigencias de buen fútbol.