"No creo en el mercado invernal. Nunca me salió bien. Además, no acudir a él es una manera de reafirmarte con los que ya están". Estas declaraciones de
Pepe Mel en diciembre de 2010 evidenciaban el sentimiento del técnico con respecto al mes de
enero. En su opinión, encontrar ese mirlo blanco que mejore sustancialmente las prestaciones del equipo no es tarea fácil ni barata y el
Betis está (desde entonces) sujeto a un limitado presupuesto.
Repasando un poco la trayectoria del preparador podemos entender mejor los argumentos del técnico, que llegó al banquillo verdiblanco el verano de 2010, con el equipo intervenido judicialmente, negociando su entrada en concurso de acreedores, con una deuda astronómica,
Luis Oliver comandando en la parcela deportiva y
Rafael Gordillo, de administrador judicial; un matrimonio imposible al que se puso fin en diciembre de
2010.
Fue entonces cuando el 'Vendaval del Polígono', ya presidente, nombró a
Vlada Stosic como director deportivo. El serbio llegó días antes de la apertura del mercado invernal y acordó con
Pepe Mel, que por aquél entonces marchaba primero en
Liga, con una cómoda ventaja sobre el segundo (+5), el
Rayo, no retocar el equipo.
El míster defendía que no iba a encontrar nada que mejorase una plantilla que funcionaba por sí sola, de ahí que ambos rechazasen las opciones que le ofrecía el mercado. Una temporada después, ya con el equipo en
Primera división (11/12) y en buena dinámica en la competición doméstica, se produjo el primer fichaje invernal. La fragilidad de
Mario y el fracaso de
Ustaritz condujo al cuerpo técnico a solicitar la llegada de un central para la segunda vuelta.
Paulao arribó en calidad de cedido por el
Saint-Ettiene, un fichaje que se confirmó en la previa del derbi contra el
Sevilla, un golpe de efecto que duró el resto del campeonato, en el que el zaguero se convirtió en una pieza indiscutible en el eje.
Tal es así que a la finalización de la cesión, el brasileño se desvinculó del club francés y firmó tres temporadas con los de La Palmera, que, además, ese verano (12/13) se reforzaron con
Joel Campbell, Juan Carlos, Rubén Pérez, Nosa, Perquis...Ése primer gran éxito, no obstante, no cambió la percepción del técnico, que afrontaba su segunda temporada en
Primera con el
Betis con ambiciones renovadas. Al parón invernal, los de
Mel llegaban esta vez en una sorprendente quinta posición. El discurso de la permanencia se quedaba corto y en el horizonte se vislumbraba con ilusión una histórica clasificación para competición continental.
Avivados por esa euforia,
Mel recibió como regalo de
Reyes atrasado (llegaron bien entrado el mes de enero) al extremo
Guillermo Molins, procedente del
Anderlecht belga, y al mediapunta
Dorlan Pabón (
Monterrey), que, a la postre, se convirtieron en la cara y la cruz de la planificación deportiva. El centrocampista sueco, de origen uruguayo, firmaba (cedido) tras una grave lesión de rodilla. Un fichaje de riesgo que apenas jugó cinco encuentros y un total de 101 minutos. Fracaso total.
En el extremo opuesto, el colombiano, cuya parada en el
Betis servía de puente entre el
Parma y
Monterrey. En los cuatro meses que defendió la camiseta de las trece barras, jugó 17 encuentros, en los que marcó ocho goles y dio cuatro asistencias. Todo ello le convirtió en el fichaje revelación de esa mitad del campeonato. Su llegada, también a préstamo, se consideró todo un acierto, pero, como en otras muchas ocasiones, el
Betis se vio maniatado en su intento por retenerle al final de curso y acabó marchándose a
México, antes de regresar de nuevo a la
Liga, para enrolarse en el
Valencia, que sí podía asumir su costosa ficha.
Y, finalmente, la que debía ser una temporada para disfrutar, paseando el escudo verdiblanco por el Viejo Continente, se convirtió en un auténtico suplicio, que acabó poniendo punto final a la primera etapa de Mel en el banquillo heliopolitano antes de que se alcanzase el mes de enero, en el que curiosamente llegaron refuerzos de entidad de la talla de
Alfred N'Diaye,
Leo Baptistao o
Antonio Adán, si bien no evitaron el descenso.
En definitiva, tras las experiencias de
Mel se entiende que prefiera ir sobre seguro, nada de experimentos. El
Betis debe corregir en este mercado invernal ciertas carencias importantes (defensa, mediocentro...) y para ello acudirá al mercado. Aunque no a cualquier precio. Las condiciones del míster: encontrar jugadores
contrastados y que conozcan la
categoría y cuya
adaptación sea rápida. El tiempo corre en contra, el ascenso es una obligación y el presupuesto, tan limitado como siempre.