Pepe Montoro (vicepresidente) llorando a lágrima viva,
Rafa Gordillo emocionado,
Macià sorprendido y anonadado...". Estas son algunas de las imágenes que quedarán para el recuerdo de la noche del ascenso, al menos, para el presidente
Juan Carlos Ollero, que ha visto cumplido "el compromiso adquirido con los béticos" a su llegada.
Embriagado aún de la dulce resaca que le dejó la
fiesta del ascenso, el máximo responsable del consejo aprovecha para hacer balance. "Me he acordado de la directiva anterior. También me he acordado del primer momento duro de nuestro consejo. Rescindir al entrenador anterior, convencer -que hizo falta poco trabajo- a
Juan Merino para que asumiera la responsabilidad del primer equipo. Este fue uno de los momentos más difíciles. Éste y el dichoso vídeo de
Rubén Castro", confesó ayer en Canal Sur Radio, donde, además de rememorar los mejores momentos de la fiesta, echó la vista al futuro, para el que ofrece trabajo y exigencia. "El
primer objetivo, el único objetivo nuestro es crecer poco a poco, piedra a piedra, no puede ser de otra manera. Pretender otra cosa sería engañar a los béticos y a nosotros mismos. Tenemos que crecer paso a paso. Hay que aumentar el nivel de exigencia en todos los ámbitos. Este es el camino que tiene que hacer el
Betis poco a poco. Esto se consigue con decisiones diarias y concretas".
En ese proyecto que está por venir,
Ollero valora que todos estén "
en la misma línea". "Todos compartimos los mismos criterios para el futuro y eso es condición ´sine qua non´ para un avance tranquilo", concluyó el presidente bético.