Agra, en el limbo

El fichaje de Salvador Agra no ha podido ser más decepcionante. Llegó a Heliópolis en 2012 como una firme promesa del fútbol portugués y, tres años después, parece haber caído en el olvido. Como verdiblanco sólo jugó seis meses, y después encadenó tres cesiones infructuosas (Siena, Académica Coimbra y Braga) que no han hecho otra cosa que restarle caché. No es de extrañar, por tanto, que su futuro sea incierto y poco halagüeño. "No sé dónde voy a jugar la próxima temporada", confesó a este periódico el extremo luso.

Con contrato hasta 2017, Agra tiene remotas opciones de volver a vestir la elástica de las trece barras, y todo hace indicar que Eduardo Macià y su representante abordarán la ruptura del vínculo en las próximas semanas, ya que ninguna de las dos partes tiene interés en buscar una nueva cesión.

El primer préstamo le llevó al Siena, equipo con el que solo disputó 9 partidos y acabó descendiendo a la Serie B italiana. Posteriormente firmó un contrato de cesión por dos temporadas con el Sporting de Braga, si bien a los seis meses se marchó al Académica, un equipo más modesto con el que sí tuvo más protagonismo (4 goles en 14 partidos). Ya la temporada pasada, en su regreso al Braga, adoptó el rol de revulsivo, entrando casi siempre en las segundas partes y ofreciendo un rendimiento discreto (sólo fue titular en 4 de los 26 choques que disputó y anotó 4 goles).

En Portugal aún mantiene cierto cartel para encontrar acomodo, aunque sólo en equipos de segunda fila. El Marítimo, sin ir más lejos, ha sondeado su contratación, dejando claro desde el principio que no podría asumir el salario que percibe ahora. Del mismo modo, desde Coruña también se ha apuntado un tímido interés del Deportivo, que en los últimos años ha apostado bastante por jugadores portugueses. Eso sí, casi todos ellos se encuentran en la cartera de clientes del afamado representante Jorge Mendes, y Salvador Agra no es uno de ellos.