Los
caminos de Pepe
Mel y el
Granada han estado
cruzándose entre sí continuamente desde hace algo más de dos décadas. Todo comenzó en el verano de
1993, cuando el madrileño puso fin a su etapa como jugador en Heliópolis y
se comprometió con el club nazarí, por entonces
en Segunda B. En sus filas
jugó durante dos años, dejando un gran sabor de boca entre los aficionados gracias a
31 goles en 63 partidos que, en cualquier caso, no evitaron su marcha al Benidorm en 1995.
Años más tarde, en 2010, ya como entrenador, el de Hortaleza inició su andadura al frente de la escuadra de las trece barras, debutando oficialmente frente al cuadro de la ciudad de la Alhambra (4-1), que, como el conjunto verdiblanco, acabaría ascendiendo a Primera en junio de 2011.
Este hecho, el azar y una huelga organizada por la AFE (suspendió la primera jornada, que debía ser un derbi hispalense), facilitó que el reencuentro de Pepe Mel con la máxima categoría, donde sólo había estado como técnico en la 01/02 con el Tenerife, se produjese en el Nuevo Los Cármenes, donde ganó por 0-1 en el arranque de la 11/12. Al curso siguiente, también celebró en el coliseo nazarí su mayor goleada a domicilio en la elite, gracias a un incontestable 1-5.
El sábado, el madrileño tendrá que unir una coincidencia más a esta lista, ya que se convertirá en el
cuarto entrenador bético en llegar a los 100 partidos en Primera, algo de lo que también será testigo el Granada.