Dos regalos y muy pocas ideas en el Betis

Granada y Real Betis adelantaron las fechas de los regalos y ayer los repartieron en sus respectivas áreas. De las dádivas de Westermann y Rubén Pérez nacieron los goles, ya que los que tenían que aportar las ideas no aparecieron en Los Cármenes. Uno de los que podía ponerlas, Ceballos, se quedó en el banquillo, pues Mel optó por repetir con N’Diaye y Petros en la medular y acostar a una banda a Portillo, con Rennella por detrás de Rubén Castro. Más allá de que faltó fluidez, el Betis pagó con un gol el tiempo que le costó entrar en el partido. Hasta pasado el ecuador de la primera parte no se reconoció a los de Mel, que vivieron de la falta de pericia del Granada cerca del área y de tres buenas intervenciones de Adán mientras los nazaríes percutían una y otra vez por el costado de Varela.

La acción del gol anulado a Westermann despertó al Betis y Rubén Pérez echó una mano para terminar de meterlo en el partido. Entonces, el cuadro verdiblanco que había hecho por empatar no supo, no pudo o no quiso ir a por el partido. Tampoco los cambios, el Betis acabó con cinco interiores y sin bandas, ayudaron a mejorar a un equipo que no supo imponer su estilo al del colista.