Por el estricto control de la LFP, se impone en el mercado invernal la ingeniería financiera

Número y garantía: renovada premisa

Número y garantía: renovada premisa
Eduardo Macià y Ángel Haro, dos de los componentes de la comisión deportiva, departen sobre el césped del Villamarín. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura
No hay tiempo que perder, aunque, para muchos, el Betis ya va tarde en el mercado invernal, pues los refuerzos deberían estar ya a las órdenes del entrenador desde primeros de enero (a lo Barça), no a finales. Con todo, tras la reunión en la tarde-noche del domingo del consejo de administración para ratificar a Pepe Mel, a primera hora de la mañana de ayer se ponía ya manos a la obra la comisión deportiva para buscar soluciones concretas en materia futbolística. Así, el presidente, Juan Carlos Ollero; los vicepresidentes José Miguel López Catalán y Ángel Haro; y el también consejero Rafael Salas se vieron las caras con el responsable máximo en materia de planificación, Eduardo Macià (que se ausentó y regresó en varias ocasiones para atender llamadas de agentes y homólogos de otros clubes), y el propio míster, que se incorporó una vez terminada la sesión matinal.

Al consenso existente sobre la pertinencia de acudir a esta ventana de transferencias se han incorporado algunos matices, empezando por el número de retoques que se acometerán. La idea inicial era contratar únicamente al extremo zurdo con velocidad y desborde que lleva reclamando Mel desde verano (que no será Jony, puesto que la LFP no dejará fichar al Sporting a ningún repuesto, por lo que los gijoneses no se arriesgarán a dejarle ir). Ahora, en cambio, se ha pactado el reclutamiento de otro efectivo más de carácter ofensivo, bien un delantero propiamente dicho o, según ciertas fuentes, un ´enganche´ de garantías, lo que podría suponer la salida de Van der Vaart.

El caso es que el ex madridista se está quedando sin partidarios en Heliópolis (prácticamente el único es Macià, que aún confía en que recupere su nivel y aporte de aquí a verano), hasta el punto de que hay varios intermediarios autorizados para ofrecerlo a diestro y siniestro. En cualquier caso, en torno a media docena de jugadores (Tarek, Matilla, Fabián, Kadir, Vadillo...) ha de abandonar en las próximas cuatro semanas la disciplina hispalense, tanto para liberar fichas como para generar ingresos. El problema radica en que, en algunos casos, la vía más factible sería la rescisión, por lo que habrá que articular todo tipo de ejercicios de ingeniería financiera para eludir los estrictos controles de la Liga y poder acceder a objetivos apetecibles del mercado.

Porque, como dejan claro desde las altas instancias heliopolitanas, los dos fichajes que vendrán como mínimo al equipo deben ser "muy convincentes" en todos los sentidos. En otras palabras, ha de tratarse de futbolistas contrastados, lo que suele traducirse en caros, porque, incluso en el caso de que se tratara de cesiones sin demasiado coste, este perfil de jugador acostumbra a tener sueldos elevados. La obligación de no errar o, al menos, de asumir los mínimos riesgos es patente.
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