Al filo de las 10:30 horas, la primera plantilla del Betis completaba su tercer
entrenamiento de la semana, único a
puerta abierta de esta semana, ya que los de este Jueves y Viernes Santo se celebrarán a la misma hora y en el mismo escenario, la Ciudad Deportiva Luis del Sol, aunque a puerta cerrada. Después, los profesionales verdiblancos tendrán dos días y medio libres, volviendo al tajo el próximo Lunes de Pascua para preparar la visita del sábado 2 de abril (16:00 horas) para enfrentarse con el Atlético de Madrid.
Ha sido una jornada lúdica en las gradas del recinto de Los Bermejales, donde más de
500 personas, un buen número de ellas niños, arropó a los hombres de Juan Merino, especialmente a
Joaquín,
Adán y
Rubén Castro, que se ejercitaban sobre el césped del campo 1. Con la ausencia de los internacionales (Dani Ceballos, Vargas y Musonda), el preparador linense ha dirigido diferentes ejercicios que combinaban el físico con el balón, ya que la idea es no perder el ritmo, pero también que fuera ameno para los futbolistas, que terminaron disputando un
triangular en el que ensayar aspectos como la coordinación, el pase, la velocidad en las transiciones y el remate a puerta.
La única contingencia negativa del entrenamiento la ha protagonizado Didier
Digard, que tuvo que
retirarse antes de tiempo por unas molestias físicas en su pierna izquierda que van a ser objeto de estudio, aunque la primera exploración indica que sufre una sobrecarga en el cuádriceps. Sin duda, la plaga de lesiones que está sufriendo el francés, heredadas de sus dos últimas temporadas en el
Niza, están lastrando al mediocentro, llamado a ser importante en los planes de Pepe Mel (primero) y Juan Merino (ahora), pero que acumula una presencia testimonial: 444 minutos, repartidos en diez encuentros, entre todas las competiciones.