El
Betis encajó el pasado sábado una sonrojante derrota por 5-1 ante el
Atlético de Madrid en el Vicente Calderón que, por previsible, no evitó el enfado de
Juan Merino, quien pasó de tener la "fórmula" para intentar ganar a manifestar tras el partido su enfado por el encuentro hecho, aseverando que "el que quiera que tire hacia adelante y que el que no quiera, que se aparte o se entrene con el filial".
Una clara declaración de intenciones para este tramo final de la temporada en el que el
Betis debe amarrar aún la permanencia que se está demorando en exceso, después de tres derrotas consecutivas:
Athletic Club (3-1),
Málaga (0-1) y
Atlético de Madrid (5-1).
Una fórmula en la que podría estar fallando un elemento clave como la nueva pareja de centrales por la que ha optado el linense en las dos últimas jornadas -Málaga y Atlético-, en la que el Betis ha encajado seis goles. Un dúo formado por
Pezzella y
Westermann, habiendo dejado relegado en el banquillo al tinerfeño
Bruno, que hasta la fecha tan sólo se había perdido otros dos partidos; uno por sanción (Las Palmas) y otro por lesión (Barcelona).
Con la zaga adelantada en el Calderón, el alemán jugó a contraestilo, echándose de menos sobre el césped, quizás, a un zaguero más rápido como el tinerfeño. Una ausencia por decisión técnica en las dos últimas jornadas que
Juan Merino tendrá que meditar de cara al Levante, habiéndose demostrado que la pareja
Pezzella-Westermann no acaba de forjarse y que en este epílogo no hay tiempo para experimentos.