El pasado 13 de marzo el
Sevilla ganaba al
Villarreal con remontada incluida y se colocaba a cinco puntos de la cuarta plaza. El
Sánchez Pizjuán era un feudo inexpugnable y los de
Emery marchaban lanzados hacia las posiciones de
Champions. La quinta plaza era un mal menor y cuatro días después arrasaba al
Basilea en la vuelta de los octavos de final de la
Europa League. Ese mismo día, el
Betis caía en
San Mamés y se quedaba con 34 puntos, con siete de ventaja sobre el descenso. La distancia entre ambos era de 14 puntos. Si el derbi hubiera llegado en aquel momento, el pronóstico no habría ofrecido dudas, sobre todo mirando los antecedentes coperos. Hoy el panorama es bien diferente por los cambios producidos en ambos equipos desde entonces.
Rachas contrapuestasAquel partido contra el Villarreal es el último que ha ganado el Sevilla en la Liga, aunque es cierto que se ha metido en sus terceras semifinales seguidas de la Europa League. En el campeonato doméstico, los de Emery sólo han logrado un punto de 15 posibles y aunque la quinta plaza sigue cerca, la sensación tras caer en
Gijón es que lo que hay que hacer es amarrar la séptima cuanto antes. El Betis, por su parte, viene de sumar siete de nueve puntos y de certificar la permanencia. Los de
Merino ya han logrado el objetivo y llegan al derbi sin la presión que sí tienen los nervionenses y con la oportunidad de poner un “broche de oro” a la campaña, tal y como ha dicho el técnico linense.
LocalizaciónUn derbi siempre es un derbi, aunque es verdad que para el Sevilla éste es más incómodo. El jueves inicia las semifinales de la Europa League con el
Shakhtar y Emery no podrá reservar jugadores. Mel lo hizo en la ida de la
Copa para centrarse en la Liga y fue su sentencia final. Para el Betis el partido no puede llegar en un momento más oportuno, con el objetivo conseguido, la moral alta y la oportunidad de cerrar heridas con la grada.
El físicoLos partidos pesan y el Sevilla puede acabar la temporada como el equipo de España que más encuentros ha disputado. Emery ha intentado rotar en las últimas semanas en la Liga, pero el resultado es esa pésima racha de resultados. Ocho jugadores del Sevilla superan los 3.000 minutos de juego en lo que va de campaña, en el Betis sólo
Rubén Castro y
Adán. 14 nervionenses están por encima de los 2.000 minutos por sólo seis verdiblancos. Nadie duda de que el fondo de armario del Sevilla es mucho más amplio, aunque también es cierto que la segunda unidad no ha respondido como se pretendía.
La (no) magia del PizjuánSiempre hay que tener en cuenta el factor campo, más cuando se trata del Ramón Sánchez Pizjuán, donde el Sevilla ha logrado 40 de sus 49 puntos (más del 80 por ciento) y donde se ha mostrado intratable... hasta los dos últimos partidos. Las derrotas ante la Real Sociedad y el
Athletic -al que tuvo que batir en los penaltis- han acabado momentáneamente con la magia de un estadio en el que el Sevilla se ha sentido casi imbatible los dos últimos años. El Betis ha ganado tres veces en feudo nervionense en los 15 enfrentamientos -en Liga, Copa y Europa League- de este siglo, por siete triunfos sevillistas y cinco empates.
A once, a ocho, o a cincoA falta de cinco jornadas la distancia entre ambos es de ocho puntos. Una victoria o un empate nervionense acabaría con la posibilidad de un ‘sorpasso’ bético, pero un triunfo verdiblanco colocaría a los de Merino a cinco puntos con nueve por jugarse. Mucho picante para desdeñar una opción con la que sueñan los béticos y de la que no quieren ni oír los sevillistas.