Debería ser tanto referencia como extremo

Como no puede ser él, el Betis a por un Campbell

Como no puede ser él, el Betis a por un  Campbell
El otrora heliopolitano Joel Campbell, durante el encuentro de la última Copa América Centenario entre Costa Rica, su selección, y Paraguay, la de Tonny Sanabria. - Ó. Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura
El nombre de Joel Campbell estuvo varias semanas sobre la mesa de Miguel Torrecilla. Se trata de un futbolista que gusta mucho al salmantino, quien ya tanteó su cesión en alguna ocasión para el Celta, al tiempo que cumple con varios de los requisitos pretendidos en la planificación de la temporada 2016/2017: polivalencia, juventud, desborde y gol. Además, el director deportivo verdiblanco es consciente, como casi todos en el mundillo, de que el costarricense saldrá seguramente este verano del Arsenal de manera definitiva, circunstancia que contrasta con el hecho de que el atacante disputara en la 15/16 su primera temporada en Inglaterra tras su fichaje en 2011, pues fue cedido consecutivamente a Lorient, el propio Betis, Olympiacos y Villarreal. Después de 30 partidos, cuatro goles y seis asistencias con el primer equipo ‘gunner’, su entrenador, Arsène Wenger, parece haber llegado a la conclusión de que no necesita al tico, por lo que llega el momento de obtener beneficio de la revalorización experimentada por un futbolista que renovó en 2015, tras brillar con su selección en el Mundial de Brasil el año anterior.

Por diferentes razones, en Heliópolis decidieron apostar por otras dos piezas para ocupar las plazas extracomunitarias que quedan libres, pues Petros continúa en la plantilla y Vargas, que ya está fuera de cupo, debe rescindir o buscarse acomodo fuera. Encima, la competencia por Campbell amenaza con ser importante, ya que Valencia y Milán, entre otros clubes de renombre, pugnan por sus servicios. La opción que manejaban en la planta noble era muy similar a la utilizada para traer a Nahuel. A saber: una cesión con obligación de compra para aplazar una inversión que, habida cuenta de cómo se ha manejado el Arsenal cada vez que alguien le solicitó el préstamo del centroamericano, sería elevada. Por último, todo hacía indicar que la resolución de su futuro no llegará hasta los estertores del mercado estival, por lo que, con Felipe Gutiérrez y Sanabria como ‘plan A’ en sus demarcaciones, se optó por ellos.

Sea como fuere, la evolución de la planificación verdiblanca ha generado, al menos, dos movimientos relativamente inesperados o, como poco, no considerados prioritarios. En primer lugar, el retorno de Musonda, que no contaba como seguro cuando Torrecilla habló de diez refuerzos para el próximo ejercicio. Y, en segundo, la venta de N’Diaye, que ha hecho virar el punto de mira hacia un mediocentro defensivo específico. Así, recontando objetivos, al Betis le quedarían todavía cinco puestos que potenciar: el referido del pivote, el lateral derecho, el centro de la defensa, el extremo y la delantera. Eso sí, la idea es cumplir con las exigencias sin realizar más de cuatro incorporaciones, lo que redunda en la idea de reclutar a efectivos polivalentes que puedan desempeñar más de una función en la nómina anteriormente reseñada.
Y la combinación preferida es en el ataque, precisamente con un jugador que se desenvuelva con comodidad como referencia, aunque suela desempeñarse con asiduidad en uno en los dos costados del ataque, con suficiente velocidad para desequilibrar, pero también con calidad en el golpeo para aportar goles al equipo. En otras palabras: ya que no se puede traer a Campbell, el objetivo es hacerse con uno de su perfil.
Porque, con el aterrizaje de Tonny Sanabria y la repesca de Álex Alegría, Poyet tiene a sus órdenes a sendos ‘9’ específicos, acostumbrados a estar en el área y a aportar juego de espaldas. Ambos han ejercido en muchas ocasiones (la mayoría) en sus anteriores equipos como únicos delanteros, rol en el que también se ha tenido que desenvolver muchas veces un Rubén Castro que, como los anteriores, rinde peor en banda, aunque se adapta perfectamente a ser pareja de otro artillero más fijo por su movilidad y astucia.

Queda, por ende, la contratación de un punta más versátil, capaz de partir desde la banda para alcanzar el área chica, no tanto para utilizar su disparo lejano o para centrar en busca de un compañero, labor para la que ya están Musonda, Nahuel, Cejudo o Joaquín. Un paso al frente para conseguir el último ejemplo de versatilidad que, quizás, resta a un grupo que cuenta con diferentes opciones en la vanguardia, las cuales ofrecen la posibilidad al entrenador de alternar varios sistemas y fórmulas para hacer daño a los rivales. El plan en esta demarcación sería apurar el mercado, pues ese tipo de atacantes polifacéticos cuestan mucho, precisamente porque escasean, por lo que se los rifan.
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