Con cuatro kilos menos y la firme idea de liderar al Betis de una vez por todas

El año de Ceballos

El año de Ceballos
El '10' celebra su gol del pasado martes ante el Middlesbrough en Marbella. - Ó. M.
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura
"Ante el 'Boro', hubo momentos en el primer tiempo en que nos mantuvo él, llevando la pelota, creando, robando, corriendo y ayudándonos. Puede ser un jugador importantísimo; sólo depende de él", pronosticaba Gustavo Poyet, uno de los rendidos admiradores del despertar de Dani Ceballos. El utrerano, que ha arrancado como un tiro la pretemporada, colecciona elogios por doquier, en parte por su mejoría física, pero, sobre todo, por un proceso de mentalización que le puede llevar, de una vez por todas, a ser el líder que ha amagado alguna vez con ser y en el que, tras su renovación del otoño pasado, necesita convertirse más pronto que tarde.

"Este año no tengo excusas", admite el utrerano en los medios oficiales del club, donde desgranaba su nuevo rol, fruto de una confianza renovada desde todos los estamentos. "El míster me está insistiendo bastante en que no puedo perder balones. Quiere que tenga la pelota, que dé pases fáciles y tenga insistencia en el juego. Me está dando confianza, mientras que me ha insistido en que pise más el área; todos los días me repite que tengo que marcar diez goles", sentenciaba el mediapunta, que lleva ya dos este verano. Con todo, también ha corregido otros factores que le perjudicaban: "Al principio, me perdía en cosas que no van con mi fútbol, como en protestar al árbitro o entrar en discusiones. Eso te saca del partido y te quita concentración. Quiero mejorar ese aspecto desde el principio. Encima, durante las vacaciones me he entrenado mañana y tarde con un entrenador personal y pasé de 73 a 69 kilos. Para mi posición y el papel que tengo en el campo es fundamental estar a tope físicamente y aguantar al máximo nivel todo el partido".

Quizás por ello, como le ocurre a Joaquín, Ceballos luce más fino en estos primeros días de preparación. Cuando la calidad y la clarividencia es innata, un punto de frescura permite que la velocidad de pensamiento se complemente con una ejecución también veloz de los movimientos. El utrerano, que irá ganando tono físico con el paso de las semanas, dejará seguramente la banda, como le dijo Torrecilla nada más acabar el curso pasado, pues su puesto ideal está detrás del punta o, como mucho, de interior. En los amistosos disputados hasta el momento, se le ha visto en todo el campo, tanto iniciando la jugada desde atrás o corrigiendo errores propios o ajenos como presionando en el área rival o apareciendo por sorpresa desde atrás, sin olvidar sus habituales asociones en corto o en largo, para la que ya tiene nuevos socios.

Otro de los que le brindan halagos es el director deportivo verdiblanco, mezclando en su discurso confianza con exigencia: "Dani es un jugador que ya el año pasado fue alcanzando su madurez y que tiene que seguir creciendo y ganándose galones dentro del grupo, independientemente de la edad, que no puede ser ya una excusa. Tiene que dejar atrás la etiqueta de que viene del Betis B. Ya sabe lo que es la categoría, la exigencia y el ritmo que hay que tener con balón y sin balón. Tiene que continuar creciendo para ser un futbolista completo".
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