Estaba previsto, en principio, que la del central zurdo fuera la última incorporación antes del cierre del mercado, si bien, dadas la competencia y la dificultad que está encontrando el Betis para cerrar al sustituto de
N'Diaye, no resulta descabellado que los verdiblancos completen antes su retaguardia que su parcela ancha.
Al menos, eso sostienen en tierras italianas, desde donde llegaba ayer la información de que se habían intensificado los contactos con el Torino para traer a
Gastón Silva. Y es que su compatriota es el que más convence a
Poyet de todas las opciones planteadas dentro de las posibilidades béticas, ya que se trata de un zaguero verdaderamente polivalente -ha actuado casi tanto de central como de la lateral izquierdo, pudiendo desempeñarse igualmente como interior en ese perfil o en el opuesto-, amén de espigado (1,85), presumiendo de juego aéreo y salida de balón.
Tiene contrato hasta 2018 (más una tercera campaña opcional) con los granates, que habrían rechazado la propuesta de cesión por parte del
Pescara, pero que verían con mejores ojos el interés bético, pues éste añade una opción de compra que se acercaría a los 2,3 millones de euros desembolsados por el cuadro turinés al Defensor de Uruguay hace ahora dos veranos.
Gastón Silva, a quien Poyet conoce de la selección charrúa (donde es alternativa a Godín y Giménez), posee pasaporte comunitario por su ascendencia italiana, requisito indispensable para arribar a un equipo, el heliopolitano, que tiene las tres plazas foráneas ocupadas ya con
Petros,
Felipe Gutiérrez y
Tonny Sanabria.