Gustavo Poyet definió la derrota del pasado viernes frente a la Real Sociedad (1-0) como “el peor partido de todos” los jugados en este inicio de temporada; una dura reflexión tras la cual tendrá ahora tiempo para analizar, aprovechándose del parón liguero que ha traído consigo los compromisos internacionales. Justo igual que en el anterior, cuando el ‘descanso’ le llegó al técnico verdiblanco después de un triste encuentro frente al Deportivo en el Benito Villamarín (0-0). Un tiempo en el que el charrúa trabajará para intentar dar con la tecla, teniendo en cuenta que las estadísticas demuestran que los problemas con el balón y la falta de acierto en el pase no se corresponde con una falta de actitud.
De hecho, es el tercer equipo más sucio de la Liga con 22 amarillas y una roja, sólo superado por el Málaga (24 amarillas y una roja) y Las Palmas, con 23 amonestaciones y una expulsión. Es decir, que arrojo y entrega no les falta a los verdiblancos, a pesar de que frente a la Real, en Anoeta, se viera a un Betis en el que pese a la presencia del utrerano Dani Ceballos en el centro del campo no pudo gozar de mejores combinaciones defensa-ataque, como era la idea del técnico uruguayo durante la previa.
Quince días que Poyet tendrá que aprovechar bien, como ya ocurriera tras el anterior parón, cuando enganchó un triunfo y un empate (2-3 ante el Valencia y 2-2 frente al Granada) puesto que en esta ocasión tendrá que lidiar frente a un hueso duro de roer como el Real Madrid. La clave, ahora, pasa porque Poyet sepa enfocar esa entrega y rabia de los suyos sobre el terreno de juego hacia la victoria; unos tres puntos que, de conseguirse frente a los blancos, supondrían un empujón anímico.
Alejandro Sáez2 min lectura