Cuando Miguel Torrecilla llegó al Celta, estaba en el banquillo Eusebio Sacristán. Al actual técnico de la Real le reemplazó Paco Herrera, quien logró el ascenso a Primera del cuadro celeste en 2012 y que al año siguiente fue destituido por Torrecilla, quien firmó a Abel Resino. El exportero del Atlético, ahora en paro, logró salvar al equipo y se fue. Ese verano llegaría al banquillo gallego Luis Enrique, quien cumplió su año de contrato y después firmó con el Barcelona.
Por lo tanto, el actual director deportivo del Betis sólo destituyó a un entrenador durante su largo periplo en Vigo, y fue en febrero y con el equipo metido en puestos de descenso. Es decir, que el salmantino parece tener paciencia con sus entrenadores.