El Betis ha intentado hacerse con los servicios de
Gonzalo Castro en varias ocasiones. La primera,
en 2012, cuando
terminaba contrato con el Mallorca.
Serra Ferrer, entonces director deportivo berbellón,
no pudo retenerle y la Real Sociedad acabó superando la oferta económica verdiblanca, con lo que el uruguayo acabó recalando en Anoeta. "He hablado con él dos veces y todavía no hay acercamiento, pero, si podemos,
haremos el esfuerzo que sea necesario para que Castro siga con nosotros", dijo entonces el de Sa Pobla, quien también trató de atar, sin suerte, a un
Chico Flores que
recientemente se dejó querer por la equipo de las trece barras.
Cuatro años más tarde, el Chory salió de San Sebastián con la carta de libertad bajo el brazo y desde Heliópolis volvieron a sondearlo. El extremo zurdo recaló en el Málaga, con el que firmó hasta junio de 2018 y, en principio, también con la idea de agotar su vinculación. Así lo reflejó tras acabar el partido ante el Real Madrid, el último de los blanquiazules de la temporada:
"Me queda un año más de contrato, así que mi mente está aquí, en Málaga".
La ficha del Castro es elevada y, al contrar ya Míchel para esa posición con Jony y Juan Carlos (negocia con el Sporting de Braga su contiuidad), en la Costa del Sol no ven con malos ojos la posibilidad de que el charrúa emigre. Y podría recalar, según
Málaga Hoy, en el Betis, donde ahora mueve los hilos un Lorenzo Serrar Ferrer que está ante la oportundidad de volver a tenerlo en sus filas.
Ahora bien, el futbolista cuenta 32 años y, pese a quedarle aún un año, el de Sa Pobla sólo le querría a coste cero. Esto es, rescindiendo antes su contrato. Desde luego, al Betis de la 17/18, sea de Setién u otro, le harán falta extremos. Ahora no tiene, prácticamente.