Empieza una semana importante para
Dani Ceballos, que vuelve hoy al trabajo con una selección española sub 21 que rematará la concentración en Las Rozas preparatoria del inminente
Europeo de la categoría, que se celebra desde el viernes y hasta el 30 de junio en
Polonia.
Sus buenas actuaciones con el
Betis, después de que
Víctor Sánchez del Amo lo sacara del ostracismo al que le condenó a principios de temporada
Gustavo Poyet, devolvieron al utrerano a los planes de la 'Rojita', puesto que
Albert Celades, responsable del segundo combinado nacional, dejó de conferirle galones, primero, y de llamarlo, después, ante la falta de minutos con su equipo.
Afortunadamente para él, el '10' verdiblanco ha recuperado su estatus, por lo que el jueves formará parte de una expedición de auténticas estrellas (a la que se unirán, incluso, cuatro que estaban con los mayores:
Kepa Arrizabalaga, Saúl Ñíguez, Marco Asensio y Gerard Deulofeu) rumbo al torneo continental, donde España debutará el sábado (20:45 horas) ante Macedonia en Gdynia.
Se trata de una auténtica arma de doble filo para el
Betis, ya que, pese a sus intentos postreros por atar con mayor firmeza a su canterano más emergente, la agencia que representa a
Ceballos ha optado por aparcar cualquier negociación para ampliar su sueldo, su vinculación y/o su cláusula hasta después del
Europeo.
La razón no es otra que el fuerte interés de clubes importantes tanto de
España como del extranjero, dispuestos en su mayoría a abonar enseguida una cláusula (de entre 12 y 15 millones de euros, dependiendo de varios factores, casi la mitad para el propio interesado) que se considera harto asequible.
Por poco que destaque el utrerano entre la constelación de perlas europeas que se reunirá en breve en
Polonia, su cotización se disparará, ganando una repercusión que puede, incluso, aumentar la nómina de pretendientes de un mediocampista que en Heliópolis se resignan a perder tarde o temprano.
Por eso mismo, desde
Serra Ferrer a Setién, pasando por algunos altos directivos, se han empeñado en convencerle de que, al menos, aguante una temporada más vestido de verdiblanco.