Un Betis tan vulnerable como efectivo en su casa

No sólo por las sensaciones. Las estadísticas también avalan que estamos ante un Betis bipolar, con dos caras. Una, la ofensiva, en la que el conjunto de Quique Setién demuestra una alta efectividad; y, otra, la defensiva, en la que es igual de vulnerable si cabe.

Esta dualidad se acentúa más si cabe en su propia casa, donde los heliopolitanos han anotado 17 de los 23 goles que han firmado hasta el momento, un 73 por ciento del total, pero también han encajado 12 de los 28 recibidos, lo que supone un 42,8%.

Para los de La Palmera es tan relativamente fácil meter un gol en el Benito Villamarín como que se lo marquen.
Tal es así que, según los datos recogidos por el perfil especializado @FútbolAvanzado, el Betis anota un gol cada 5,47 disparos cuando juega como local, lo que le convierte en el segundo equipo más efectivo de LaLiga sólo superado por el F.C. Barcelona, que necesita 5,41 disparos para anotar en el Camp Nou. Pero, también encaja con suma facilidad, hasta el punto de que es el tercer peor equipo de todo el campeonato por recibir una diana cada 5,83 disparos. Este dato contrasta, por ejemplo, con la fiabilidad del Valencia, que lamenta un gol cada 29,33 disparos, siendo el más fiable de los 20.

En cuanto a los datos fuera de casa, la cosa no mejora, más bien todo lo contrario. De hecho, lejos del Benito Villamarín el Betis tiene más problemas para marcar hasta el punto de que no lo hace desde el pasado 1 de octubre, cuando empató ante la Real Sociedad (4-4) en Anoeta. Después vinieron las derrotas en Barcelona ante el Espanyol (1-0), Eibar (5-0) y Las Palmas (1-0), donde ha encajado un total de siete goles en tres partidos.

En los siete en conjunto que ha jugado el Betis allende Heliópolis apenas ha marcado seis goles (26%) y ha encajado 16 (57,1%), nueve de ellos en dos partidos (ante la Real 4-4 y el Eibar 5-0).

Pero es que, además de que marca poco, le cuesta más hacerlo, pues celebra un gol cada nueve disparos a portería, mientras que encaja uno por cada 7,5 veces que le tiran entre los tres palos.