Serra también sabe vender muy bien

A primeros de mayo se cumplió un año del regreso de Lorenzo Serra Ferrer, que supuso, paradójicamente (por no ser precisamente una cara nueva y por su edad), un soplo de aire fresco para el Betis. Su acertadísima planificación, que comenzó con la elección de Quique Setién para el banquillo y terminó con una serie de refuerzos de gran nivel que han devuelto al equipo verdiblanco a competiciones europeas, practicando un fútbol reconocible y vistoso. Sin embargo, el balear también tuvo que lidiar con más de una veintena de salidas, algunas aliviadas por el fin de contrato de sus protagonistas y otras obligadas (como la de Ceballos), pero la inmensa mayoría una lista de descartes ingente que fue encontrando acomodo en otros equipos.

En este sentido, un análisis pormenorizado de su primer proyecto desvela que el vicepresidente deportivo y accionista verdiblanco no sólo ha sabido comprar muy bien, sino que ha vendido mejor, obteniendo réditos por aquellos jugadores que no se adaptaban al estilo que quería imponer Setién o que presionaban para marcharse a otros conjuntos.

Tanto es así que, prácticamente, el balance de inversión en fichajes y dinero recibido por cesiones o traspasos presenta un equilibrio patente, pues, hasta la fecha, el Betis habría desembolsado 40 millones de euros, ingresando 37,2 por los que se marcharon. Incluso, la última operación de Pezzella, que fue con la que se estrenó como responsable de la planificación heliopolitana, ratifica la habilidad del de Sa Pobla para obtener plusvalías, que rozan ya los 20 kilos (19,2 para ser exactos)... sin incluir una hipotética venta de Fabián que reventaría la banca, pues se habla de que el Nápoles o alguno de los otros pretendientes del palaciego abonarían los 30 millones de la cláusula de rescisión de un canterano que, por ende, se formó en Los Bermejales.

De momento, el tope de ganancia está en los 16,5 limpios que obtuvo el Betis por el adiós de Ceballos, dado que el Real Madrid consintió abonar la cláusula íntegra (15), asumiendo las comisiones que correspondían al utrerano y su agencia, aparte de perdonar la opción de recompra que se guardaba por Narváez. Le siguen los 6,3 que depara la operación de Pezzella, que costó en su día 2,5 millones (2.250.000 y otro cuarto de millón en objetivos que se cumplieron) por el 50% del pase, más el 1,8 que se llevó River Plate por su 35%, ya que el 15% que correspondía a Germán, sus agentes y su familia pasó a ser de la entidad verdiblanca a cambio de una subida salarial y una prolongación de contrato que, en realidad, asumió la Fiorentina, que abonó 600.000 euros por la cesión y otros 10 kilos ahora al ejercer la opción de compra, pues había un millón en bonus que, por ahora, no se materializaron, pues dependían de clasificaciones europeas y convocatorias con la 'Albiceleste'.

Vendió al poco de llegar
Además, el Betis ganó con la venta de Piccini al Sporting Clube casi el doble de lo que le costó, reservándose, además, un 15% de una futura venta que le podría reportar pingües beneficios si se confirma el interés de clubes ingleses y el Atlético de Madrid por el carrilero italiano.

Una tónica con aquellos que abandonaron la disciplina bética, puesto que solamente se perdió dinero a Jonas Martin (1,1 millones) y Felipe Gutiérrez (3,5), este último por la urgencia de rescindirlo, desfase enjugado de sobra con otras operaciones que convierten a Serra, de momento, en una suerte de 'Rey Midas'.

Y es que el balear convierte en oro todo lo que toca, propiciando que la entidad de La Palmera se modernice hasta límites insospechados, fijándose cada vez más en futbolistas con altas posibilidades de revalorización. Al menos, los otros clubes ya saben que en el Benito Villamarín compran rápido y bien, pero que también venden caro. Es la única forma de generar una rentabilidad prometedora.