La realidad del filial del Sevilla

Carlos PérezCarlos Pérez
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La realidad del filial del Sevilla
- Carlos Pérez (@carlosperezED)
La demagogia se ha instalado en nuestras vidas con la misma velocidad con la que nos hemos hecho adictos a los móviles. Ahora vale más el parecer que el ser, si con ello se gana un retuit, la palmadita virtual en la espalda. Está guay enarbolar banderas. ¡De lo que sea, qué más da! Postureo. Criticar a políticos, jugar a periodistas, atacar a todo lo que se ponga por delante. También a los directores deportivos, claro está. Desde el sofá, las cosas se ven muy fáciles, como si fichar fuese igual que en el Comunio o la Play. Sorprende que se tarde en cerrar una contratación, que se escapen jugadores o que se tenga que vender a otros. Si no gusta una incorporación, se critica. Y si triunfa, "yo ya lo dije". De ser por el vulgo, Banega, Bacca, Kanouté o Rico, por nombrar sólo algunos, nunca hubiesen jugado en el Sevilla. También se vendía como "locura" que, tras salir Bacca, se quedase Gameiro como delantero titular, y meses después la "locura" era que Castro vendiese al francés. El pan de cada día.

Pero es posible que sea en la cantera donde se concentre más demagogia. La gente quiere canteranos. Sin haberlos seguido, en muchas ocasiones, dicen que tal o cual es bueno y que debe subir. Queda bien. Pero no analizan cómo de grande es el salto al primer equipo -ahora mismo enorme, aun estando el filial en Segunda división-, ni si realmente hay necesidad o es viable.


Quizás Lasso, Gual, Diego o Ivi acaben jugando algún día en el primer equipo, pero tendrían que darse ciertas circunstancias: que el canterano derribe la puerta, como hicieron Ramos, Reyes o Navas en su día; que pueda tener una oportunidad, por la lesión de un compañero, y ya no la suelte; o que demuestre antes fuera su valía, como hicieron Carvajal o Lucas Vázquez, por ejemplo, ahora importantes en todo un campeón de Europa. A veces hay que irse para poder estar.  

De la carretera de Utrera no se ha ido un solo canterano en los últimos años que haya triunfado en otro equipo. Campaña, Luna, Luis Alberto o Alberto Moreno no serían hoy titulares en el Sevilla. Sí dejaron -mucho- dinero, unos 30 millones, que es el objetivo paralelo de una cantera. Sólo con eso ya es más que rentable. Y es lo que importa. El resto, pura demagogia.
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