El sevillismo anda frío. Instalado en la exigencia y la crítica como filosofía, algo que sus gestores le reconocen como una virtud -y así debe ser-, el seguidor nervionense no está contento con lo que ve, aunque también pueda comprobar con sus propios ojos cómo su equipo marcha quinto en Liga. Pero toda esa frialdad se transforma en caldera cuando en Nervión huelen a noche histórica. Están en juego los octavos de la Champions, la competición que hace más grande a los grandes. Y la 'Bombonera' se vestirá de gala para intentar marcar el primer gol. Luego se seguirá hablando de Berizzo, pero esta noche habrá un solo grito: "¡Sevilla!".
Estadio Deportivo1 min lectura