Nzonzi se ha convertido en un problema para el Sevilla, que aunque en este caso tiene la sartén por el mango, no debe estar cómodo con la situación que se le ha presentado. Más que nada porque el jugador francés es el más cotizado de su plantilla y todo este lío puede hacer que los clubes que lo quieren negocien a la baja.
A su favor tiene que Nzonzi quiere disputar el Mundial y de seguir sin jugar perdería todas sus opciones, ahora que Deschamps estaba empezando a contar con él.
En su contra, el malestar que su situación pueda crear en el equipo. Lo que parece evidente es que así no puede seguir mucho tiempo.