Si hubieran ensayado este final difícilmente habría salido tan bien. Una afición exaltada tras el triunfo en el derbi, un duelo encarrilado, con un dominio claro sobre el campo, una inesperada igualada, con la mala suerte como aliada, sufrimiento... y gol de Rubén Castro, el ídolo de la última década, el goleador histórico de este club, el día que volvía a pisar el Benito Villamarín tras varios meses ausente.
Ni los errores defensivos ni la falta de contundencia a la hora de amarrar resultados positivos se le puede echar en cara a los jugadores béticos tras haber ganado ante los suyos tres meses después. Hay que solucionar ese problema y el plantel es consciente de ello, hasta el mismo Joaquín lo volvía a reconocer ayer, pero eso será a partir de esta mañana.
Ayer tocaba disfrutar y festejar haber recuperado 'plaza europea', un séptimo puesto que culmina una primera vuelta notable, en la que hubo malos momentos, pero las alegrías predominaron.