Alguien me comentó que
Torrecilla sentía que a
Serra Ferrer lo habían colocado en el
Betis para que fuera su niñera. Pero el salmantino se fue y el nuevo vicepresidente deportivo ha cogido las riendas con una energía que ha sorprendido a propios y extraños en el
Betis. Está como una moto es la frase que más repiten en público y en privado. Lo cierto es que en estos últimos días hemos sabido que ha estado en Inglaterra -
Barragán y Carles Gil-, Italia -
Pasalic- y
Barcelona -
Tello-. Son ya tres incorporaciones cerradas -
Sergio León, Camarasa y Tello- y una cuarta encartada -Barragán- que han ilusionado al aficionado bético. El extremo de Sabadell es, a mi juicio, la mejor incoporación, en sentido apriorístico por nombre y trayectoria, del último lustro.
Pero más allá de la ilusión, lo que se percibe entre los que sienten en verdiblanco es que les han devuelto la dignidad. En los últimos años han tenido que 'defender' las incorporaciones de los
Braian Rodríguez, Tosic, Tarek, Donk, Zozulya, Damiao, Andersen y Van der Vaart de turno, esperando que sonara la flauta y que salieran jugadores con las capacidades mínimas para defender la centenaria camiseta verdiblanca. Ahora pueden presumir de incorporaciones. Hay un trecho.
Serra, de quien servidor dudaba tras su reciente paso por el
Mallorca, ha puesto cordura en los fichajes y si el
Betis logra amarrar a Ceballos una campaña más y lo acompaña de
Marcos Llorente sin duda que habrá mimbres para salir de la mediocridad en la que se ha instalado el club. Aún faltará un central de empaque para rematar la jugada, pero de esos hay pocos y lo que escasea ya se sabe que es caro. Arriba no queda otra que confiar en
Rubén, Sergio Léon y Sanabria, tres delanteros que, en cualquier caso, ya querrían muchos equipos de
Primera.