El vicesecretario de Organización del PP,
Fernando Martínez-Maíllo, ha admitido este lunes que negociar con
Ciudadanos es una de las opciones "más posibles" para los 'populares' a la hora de intentar formar
Gobierno, pero también ha pedido "responsabilidad" al
PSOE.
"Todo el mundo tiene que retratarse, también el PSOE, que no puede quedar como actor secundario en los próximos días", ha avisado en declaraciones a la Ser recogidas por Europa Press. Con el resultado electoral, el
PP podría alcanzar el Gobierno en primera vuelta con sus votos y los de
Ciudadanos y la abstención del
PSOE, o en segunda sólo con sus votos y la abstención de los otros dos.
Preguntado entonces si estaba pidiendo su apoyo al
PSOE, ha respondido que el PP pide "responsabilidad" porque, según ha dicho, está en juego "la estabilidad de
España" y la recuperación económica. Eso, ha dicho, implica apostar "por partidos que creen en España y no optan por el famoso derecho a decidir o por el referéndum como hace
Podemos".
Es más, ha opinado que un Gobierno de izquierdas (PSOE, Podemos e IU) sería "muy negativo para España" y ha advertido al
PSOE de que, en ese caso, tendría que explicar cómo puede pactar con un partido, Podemos, que trata de sustituirle, y además sin tener siquiera mayoría absoluta.
Maíllo no ha querido valorar siquiera si esta opción sería legítima, en caso de que
Rajoy no consiguiese formar gobierno, y se ha limitado a señalar que "lo más legítimo" es que el PP intente investir a su candidato, puesto que ha sido el más votado. Eso sí, ha hecho hincapié en que el candidato del PP será
Mariano Rajoy, y no otro.
De hecho, en un momento en que las dos "palabras mágicas" serán "responsabilidad y diálogo", ha augurado que en este periodo los españoles van a ver "a un gran Rajoy" porque es "un hombre de diálogo, de pacto y de acuerdo", tal como ha demostrado hablando con todos los partidos para hacer frente al desafío nacionalista catalán y a la amenaza yihadista. "No descarten ver a un Rajoy dialogando, es un hombre muy adecuado para las circunstancias actuales", ha remachado.
Según ha dicho, ahora se abrirá una ronda con todos los partidos políticos liderada por el
PP. Aunque
Ciudadanos es una de las opciones "más posibles", ha insistido en que aún es pronto, y lo mismo ha señalado cuando se le ha preguntado si podría pactar con el
PNV.
A la espera del análisis que haga esta tarde el
PP en la reunión de su Comité Ejecutivo Nacional,
Maíllo ha admitido que tanto la crisis como la corrupción han pasado factura al PP.
Por su parte, el vicesecretario de Comunicación,
Pablo Casado, ha advertido de que un "pentapartito o tetrapartito" en el Gobierno nacional sería "absolutamente pernicioso" para España y cree que España debería compararse con "democracias homologadas" como Alemania --donde se ha dado la llamada 'gran coalición'.
Para
Casado, la comparecencia de ayer fue positiva y también ha recordado cómo en los últimos días ha hablado de abstenerse para permitir que gobierne el más votado y también de que no favorecería un
Gobierno liderado por
Podemos.
En declaraciones a la Cadena Cope recogidas por Europa Press, l dirigente 'popular' ha recordado que el
PSOE sólo ha ganado en seis provincias y, además, ha opinado que los españoles han "votado en clave presidencialista y
Rajoy ha ganado claramente las elecciones".
Es más, preguntado si contempla la 'gran coalición' entre
PP y
PSOE, ha defendido que "el bipartidismo y las mayorías absolutas no son malas en absoluto", incluso ha afirmado que sin la estabilidad parlamentaria de la mayoría absoluta "habría sido imposible salir del pozo" en que dejaron a España "los Gobiernos de izquierda".
En este contexto, ha recalcado que el PP tiene "tradición de pactos" y ha recordado, además de los logrado por
José María Aznar en 1996, casos en los que el PP ha apoyado al PSOE: en el País Vasco con
Patxi López de lehendakari en 2009 y en Asturias en la pasada legislatura autnómica, cuando los socialistas perdieron el apoyo de UPyD.
El PP, ha asegurado, siempre ha sido un "partido responsable" y nunca ha hablado de "cordones sanitarios". A su juicio, salvo con Bildu es posible pactar con quienes favorezcan la "estabilidad en España" siempre que sea en función de programas y no de que se impongan a los partidos condiciones sobre su funcionamiento interno.