Liga Adelante

El Valladolid y su esquizofrenia

Los de Pucela, cuyo objetivo a principios de temporada era el de subir, se encuentran en puestos de descenso.

El Valladolid y su esquizofrenia
Lance del partido entre la Llagostera y el Valladolid. - J.A.M.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura
El Real Valladolid está viviendo una especie de esquizofrenia, es una "mente" partida en dos, una porción se relaciona con una realidad en puestos de descenso a Segunda B y la otra "interactúa" con un mundo actualmente ficticio, quimérico e ilusorio; su historia y sus aspiraciones a club de Primera División.

El equipo vallisoletano comenzó la temporada como candidato al ascenso, y eso, al margen de su "biografía", de su nombre o de su caché. Simplemente por dinero, por ser la tercera partida presupuestaria de la Liga Adelante.

Con ese objetivo, el de subir, se prescindió de Joan Francesc Ferrer "Rubi" y se contrató el pasado verano a Gaizka Garitano, quien dejó Eibar y llegó a Valladolid para dirigir un proyecto con rumbo a la denominada "Liga de la Estrellas", en la que el club estuvo casi siempre en los últimos cuarenta años y que no le era ajena hasta hace dos temporadas.

Sin embargo, las cosas se torcieron muy pronto. Tras ganar el segundo partido en Zorrilla al Alcorcón (2-0) el equipo se ha ido diluyendo hasta el punto de que acumula cinco partidos sin ganar y Garitano puede caer en las próximas horas aunque el presidente del club, Carlos Suárez, ni confirma ni desmiente. No habla.

Así las cosas, el equipo mira actualmente la clasificación desde una 19ª posición que marca los puestos de descenso. La buena noticia es que queda tiempo para las soluciones, pero la crisis se ha instalado en Zorrilla y, sobre todo, la preocupación de no estar preparados para lo que venga.

Valladolid, Mallorca y Almería junto al Bilbao Athletic ocupan esos últimos puestos y, aunque es cierto que la Segunda da muchas vueltas, el equipo vallisoletano tal vez no esté listo para sobrevivir en el alambre. Recientemente se salió de un concurso de acreedores y un descenso sería la "puntilla" porque en Segunda B apenas se generan ingresos y no se podría amortizar deuda.

Ya la pretemporada comenzó mal. Garitano sólo tenía a ocho profesionales a sus órdenes en los primeros entrenamientos, algo insólito. Tal vez el club se pasó "depurando" una plantilla que la pasada liga jugó la promoción de ascenso. De este modo, el director deportivo, Braulio Vázquez, tuvo que fichar casi un plantel nuevo y hay posiciones que se quedaron "cojas", como la de defensa central.

Hasta el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, ha opinado sobre la situación del club apuntando en su cuenta de twitter que la culpa "no es de Garitano". Y lo mismo ha señalado uno de los capitanes del plantel, Óscar González, quien junto a Álvaro Rubio es el estandarte del equipo en los últimos años y, ambos, sin relevo aparente

"Con el entrenador no hay ningún problema, creo que tenemos más culpa los jugadores y eso nos lo tenemos que hacer mirar", ha precisado Óscar en rueda de prensa.

"Será complicado salir de esto porque no nos hemos visto en una situación así desde hace muchísimo tiempo", ha subrayado.

En efecto, desde la temporada 79/80 el Valladolid no caía tan bajo. Aquel año, tras perder 3-0 en Granada, ocupó la última posición en Segunda pero, al finalizar esa temporada, acabó ascendiendo de la mano de Eusebio Ríos y con muchos jugadores de la cantera como Gail, Jorge, Lolo, Minguela o Sánchez Valles.

El próximo partido del Real Valladolid será el domingo en Zorrilla ante el Mirandés y este choque de rivalidad regional marcará también "el pulso" de la afición. Sea destituido o no Garitano, el público puede reaccionar contra el palco en caso de una nueva derrota. Carlos Suárez, antes presidente y ahora también propietario, lleva tres descensos en quince años. Elocuente

A todo esto, a Garitano le han brotado en las últimas horas esa energía y firmeza que los vascos llevan adheridas a su genética según los tópicos: "A mí la fuerza no me falta, yo la fuerza la traigo de serie", ha dicho.

A la afición tampoco le falta fuerza, pero hay que recordar que los incondicionales del deporte en Pucela llevan tres veranos consecutivos de duelo. Han tenido que asistir a los "sepelios" de los primeros equipos de balonmano (BM Valladolid) y de baloncesto (CB Valladolid). Y en este caso no es esquizofrenia. Es depresión "asociada" a la melancolía de tiempo mejores.
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