Siete cambios respecto al
Getafe y un rendimiento similar. Diez minutos de fútbol eléctrico y otro triunfo con dos goles a favor y la portería a cero. La plantilla de este
Sevilla es mejor que la del año anterior. Hay mimbres para dos cestos. Se antoja complicado hablar de titulares y suplentes porque anoche
Emery vio hecho realidad el deseo de todo entrenador: en este Sevilla están todos conectados, hasta los seguidores, que salieron del campo hablando de
Varsovia.
El plantel es mejor y el fútbol, con mucho por pulir, también. Al menos, diferente. La presión y la velocidad del arranque ilusionaron a la afición, que hacía tiempo que no veía en el
Pizjuán a jugadores ofreciéndose, pidiendo el balón, tocándolo y desmarcándose de nuevo. Sólo a
Fernando Navarro, honesto y trabajador,se le nublaba la vista con el balón en los pies.
M´Bia es un ‘futbolista de
Champions’. No hay un exceso de autoestima en su deseo permanente de querer jugarla. Él y
Carriço llevaron los galones e imprimieron autoridad y prestancia al equipo.
Reyes luchó e hizo cosas de 10’.
Banega estuvo ‘enchufadísimo’, bien en defensa y excelente en el manejo de la posesión. ‘
Kolo’ mejoró cuando se olvidó de aventuras ofensivas, como mejorará la imagen de
Sergio Rico cuando quite de su sobrio repertorio innecesarias caídas al césped.
Deloufeu parece criado en la escuela sevillana. Si escucha a Emery y mejora su físico levantará más pasiones que odios. Tiene el talento, pero le falta elegir el momento. Asistió en los goles. Iago Aspas no arranca, pero se le ven tan buenas maneras como al equipo.
No se ha esfumado ni pizca de la magia que pasea por
Nervión. El equipo transmite fe y la afición quiere nuevas hazañas. Queda presentada la candidatura a la ‘Cuarta’.