Vuelve el derbi por Navidad. Veinte meses después, tras una eterna espera, el derbi ha vuelto. Y regresa con tantas ganas que parece decidido a quedarse. Se instala entre nosotros para acompañarnos permanentemente en lo que queda de año y el próximo mes, para que disfrutemos del Betis-Sevilla liguero de hoy y de una eliminatoria de octavos de final en Copa del Rey con otros dos duelos de máxima rivalidad. Se rompe la jornada de reflexión.
Desde hoy, y hasta el próximo 13 de enero (partido de vuelta en Copa), por cada rincón de Sevilla se hablará de fútbol. La política pasa a un segundo plano. La jornada de reflexión de hoy se ha convertido, por obra del derbi sevillano, en jornada de pasión. Esta noche votará el Villamarín y, en casa ajena, votarán aquellos que representan a Nervión. Y mañana el que no vote será verderón o palangana.
Las prohibidas encuestas previas a ejercer el derecho al voto no tendrían sentido hoy en Sevilla. La pregunta quién va ganar sólo tendría dos posibles respuestas: el Betis, o el Sevilla. Perdone, las cuatro opciones son Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera o Pablo Iglesias. Los líderes de cuatro partidos tapados por un quinto: el derbi. El clásico bipartidismo, la alternancia en el poder de azules (PP) y rojos (PSOE), puesto en jaque por la aparición de dos nuevos partidos emergentes, los naranjas (Ciudadanos) y los morados (Podemos), y en Sevilla, por un quinto partido que da a la ciudad un color especial. Las duodécimas elecciones generales desde que se instauró la democracia en nuestro país, y las primeras con Felipe VI como Rey de España, pasarán a la historia para gran parte de los sevillanos no por la ruptura de un modelo democrático que se antoja caduco, lo recordarán porque ganó? el Betis o el Sevilla.
Joaquín Adorna
