Nervión dedicó un impresionante y emotivo adiós a
José Antonio Reyes, uno de los talentos de una época gloriosa jalonada con títulos, y dio la bienvenida al atractivo fútbol de
Sampaoli, una valiente apuesta que ha enterrado en un par de meses los eternos complejos a la hora de enfrentarse a clubes poderosos como el Madrid o el
Barça, pero a la que le falta algunas importantes dosis de 'Bilardismo', de maldad para saber jugar el 'otro fútbol' subterráneo, ese que nada tiene que ver con el buen trato del balón y que tan necesario se hace en todos los partidos. Anoche se echó en falta esa picardía, por ejemplo, para no encajar el primer gol cuando jugaba el Sevilla con diez por la lesión de Escudero; o para meter presión protestando en equipo al árbitro del partido, Gil Manzano, desde el primer agravio comparativo a la hora de mostrar cartulinas amarillas.
El nuevo
Sevilla tuvo contra las cuerdas al
Madrid en la final de la
Supercopa de Europa y también jugó de 'tú a tú' a un
Barcelona que sí contó con casi todas sus estrellas, pero le han llegado dos finales en plena construcción de un modelo de fútbol que implica muchos riesgos defensivos difícilmente asumibles ante clubes con tantísima calidad en sus plantillas. Los errores son cheques al portador. Cuando se cometen el equipo está desnudo, sin la más mínima protección, con tres defensas a lo sumo que reciben a rivales que llegan en mayoría y con el balón controlado. Sergio Rico evitó una derrota más abultada compensando bajo palos las dudas que transmite con el balón en los pies.
Ninguna tiene
Mercado. Gran debut. El nuevo central sevillista es otro 'bicho' como Rami. En él se personificó la injusta vara para impartir justicia del colegiado extremeño. Fue amonestado en su primera entrada a Luis Suárez, mientras que la reiteración de faltas de
l Barça no encontraba castigo. La desesperación llegó a la grada en una inexistente falta en la que N'Zonzi robó el balón a
Messi. Vitolo volvió a ser el mejor. Las mejores ovaciones se las llevó él con varias carreras elegantísimas a las que les faltó un último pase efectivo.
A su calidad le falta encontrarse con la que también poseen Kiyotake, el 'Mudo' Vázquez o Vietto, aunque se intuye que esa conexión llegará con el transcurrir de los partidos, como se espera una mayor profundidad en ataque para crear verdaderas ocasiones de gol. Mostró un gran nivel Kranevitter, manchado con tres errores no forzados en el pase del balón. Respecto a otros tres debutantes, Ben Yedder y Sarabia gustaron más que Ganso. Hay materia prima, hay calidad, pero el Barça hoy es un equipo hecho y el
Sevilla de
Sampaoli está como el Sánchez Pizjuán, en plena reconstrucción.
Joaquín Adorna
