Opinión

La frase lapidaria de Sampaoli

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
4 min lectura
La frase lapidaria de Sampaoli
A Sampaoli le queda mucho por ajustar la 'teoría de la manta' a la que tanto recurría Joaquín Caparrós. Si tiro para arriba en ataque, se destapan los pies en defensa. Da vértigo ver jugar al equipo cuando intenta sacar el balón y acumula a siete jugadores delante del balón, en campo contrario de espaldas a la meta rival. Más aún con los centrales abriéndose para facilitar un primer pase del portero, dejando al rival una autopista directa sin oposición para aprovecharla en cualquier robo o en cualquier pérdida no forzada. El Español tuvo un altísimo grado de efectividad, aprovechó todos los errores del Sevilla, que fueron demasiados y que quedan en el cesto de lo que se debe mejorar.

Pero la solución, por la fidelidad que Sampaoli transmite a su filosofía, no vendrá de la mano del 'pelotazo' o la renuncia a su arriesgado estilo. Llegará con una mejor posesión, con pases más certeros, con la automatización de movimientos que permitan traspasar los múltiples obstáculos que los rivales pondrán en una primera línea de presión€ y con otros muchos recursos que manejarán los 'hombres de fútbol' que conocen mil y una novedades tácticas. El caso es que la primera victoria en Liga y las estadísticas del primer partido de la 'Era Sampaoli' van desbrozando el nuevo camino. Una posesión formidable -la mejor defensa, tener el balón-, más tiros a puertas que el rival, más faltas y córners lanzados y, sobre todo, más goles.

La propuesta me encanta porque, de entrada, respeta la esencia inherente a un espectáculo de masas: divertir. Ganar, por supuesto. Pero ganar logrando que el espectador se marche a su casa habiendo participado de una fiesta incomparable. Ganar saboreando tras el pitido final las arrancadas y recortes, con el balón pegado al pie, de Vitolo; el autopase con rosca –'medio sombrerito'-, del 'Mudo' Vázquez, sus intentos descarados de túneles a rivales, su temple o un genial pase de gol; las triangulaciones, haciendo 'un rondito' en campo rival, de N'Zonzi, Mariano, Kiyotake y Vietto€ Jugadas exquisitas e inolvidables de los que Sampaoli llama "buenos jugadores".

Según el técnico argentino "hay buenos y malos jugadores". Y los buenos, o los muchos muy buenos que este año visten la camiseta del Sevilla, son esos que tienen la calidad y la personalidad necesaria para, ante la presión del rival o ambiental, ser diferentes: inventan y regalan, porque lo llevan dentro, un fútbol diferente. Lo dejé escrito tras perder las dos finales ante Madrid y Barça, y lo reitero aun sabiendo que los resultados pueden convertir al 'Genial Sampaoli' en Sampaoli 'El Breve'. Me gusta el giro radical que intenta dar Monchi en el estilo de juego del Sevilla. Seguramente es más fácil encontrar la gloria de los títulos por otra vía menos vistosa, pero precisamente por ello también generan más admiración los equipos que apuestan por ganar dominando, sometiendo al contrario a través del balón, con el Barça como máximo exponente de ese fútbol de toque. El tiempo nos dirá si se hace real la lapidaria frase lanzada públicamente por Sampaoli: "Cuando me vaya no quiero que me recuerden por ganar, sino por cómo se ganó". Pase lo que pase, al aficionado le va a merecer la pena vivirlo y a nosotros contarlo.
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