"El míster quiere un equipo que sea protagonista, que tenga el balón para crear muchas ocasiones de gol y, si lo perdemos, presionar arriba al rival para recuperarlo rápido, porque cuanto más tiempo tengas el balón, menos daño te puede hacer el rival". La frase resume a la perfección lo escuchado y escrito sobre el sistema que
Sampaoli quiere implantar en el
Sevilla, pero no sale de la boca de alguno de los muchos fichajes que han llegado a Nervión atraídos por la atractiva propuesta del técnico argentino. La dijo ayer el portero del
Betis Adán, en la Cadena SER, para definir la idea de fútbol de
Gustavo Poyet, dejando de manifiesto que las intenciones verbales no garantizan una ejecución a la altura de los propósitos.
Al
Betis de Poyet se le ha visto muy poco gen de equipo dominador, y en el
Sevilla de Sampaoli la cómoda posesión en campo propio ha pesado más que el resto de virtudes que se divulgan. Con las propuestas de fútbol sobre el papel puede pasar como con los perfiles de jugadores y su rendimiento, el que les convertirá en buenos o malos fichajes.
Al Betis le puede faltar un pivote defensivo, un lateral diestro y un central zurdo. No habrá críticas si los de Poyet encajan pocos goles y ganan con los diestros
Pezzela,
Mandi,
Bruno y
Donk en el eje de la zaga; con
Brasanac y
Petros como cierres de la zona ancha; y con
Piccini o
Rafa Navarro destacando en el lateral.
En el Sevilla se echa en falta un delantero y un nuevo
´Krychowiak´, carencias que quedarán en el olvido si el sistema defensivo en bloque funciona; si
Vietto y
Ben Yedder triunfan con goles; o si la segunda línea plagada de futbolistas con clase ve puerta con facilidad.
Torrecilla y
Monchi han dejado el esbozo y dan un paso atrás para que Poyet y Sampaoli intenten convertir en realidad los deseos que transmiten y tienen en mente.
Joaquín Adorna
