Opinión

Campañas contra el Betis de Haro

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
6 min lectura
Campañas contra el Betis de Haro
- Joaquín Adorna
Mal. Muy mal el presidente del Betis, Ángel Haro, queriendo justificar los pitos de la afición tras el primer partido en casa aludiendo a unas críticas orquestada por algunos medios de comunicación: "Hay unos medios, unas líneas de comunicación, que van encaminadas a desestabilizar el club y a crear división. Eso es evidente". Tras fracasar el pasado año en su apuesta por Eduardo Macià, Haro queda retratado en el primer momento crítico de su segundo proyecto. Si realmente lo piensa, grave error. Si no lo piensa y habla en boca de quienes le asesoran, más grave aún, porque queda en entredicho aireando una gran debilidad: falta de criterio propio.

Si es el caso, sería muy recomendable que dejara de escuchar a quienes le inyectan un infructuoso veneno que no conduce más que al desgaste propio. Más le conviene rodearse de personas que le inculquen un auténtico espíritu crítico y que le aporten verdaderas soluciones a los problemas del Betis. Difícilmente Haro va a lograr que la afición tenga paciencia y tranquilidad si él, como máximo responsable de la entidad, transmite nervios e inseguridad. Emana inquietud y eso, siendo el presidente, no ayuda en nada al nuevo proyecto del Betis y al lógico tiempo que necesita su implantación.

Haro estuvo ayer tan poco acertado como su entrenador, Gustavo Poyet, tras el empate ante el Depor, cuando manifestó que no entendía los pitos de la afición; cuando se negó a profundizar en esa cortante respuesta; o cuando, como recoge el acta, comentó a Clos Gómez: "¡No vuelvas más, contigo perdemos siempre!". ¡Pero si es su primer partido en el Benito Villamarín! ¿También entra al trapo empujado por una tercera persona? El impulso le puede costar dos partidos de sanción sin acompañar a su equipo en este crucial arranque liguero.
No creo que Haro pueda quejarse del trato que le ha dado la prensa, que de forma generalizada contó con todo lujo de detalles las propuestas que él, junto a López Catalán, presentaron en la candidatura 'Ahora Betis Ahora'.

De aquella etapa hemos pasado a una especie de conmigo o contra mí, que es lo que desprenden sus palabras al acusar a algunos medios de crear un clima "de ansiedad" que perjudica al Betis. Los medios informamos, y punto. Si la afición del Betis pita a su equipo es porque está harta de esperar, porque lleva mucho tiempo deseando ver a un equipo competitivo, a futbolistas de nivel que les ilusionen. ¿Qué quiere decir Haro al hablar de campañas orquestadas? ¿Que los béticos son tontos? ¿Que se dejan manipular por los periodistas? La torpeza es mayúscula. Quita a su afición la autonomía que le pertenece al manifestarse, cuestiona su inteligencia y su madurez, y otorga a los medios un poder excesivo que no nos corresponde.

Ojalá haya un antes y después de este traspié, porque siguen llegando 'inputs' que resucitan las archiconocidas maniobras 'loperianas' que tanto daño hicieron al Betis. ¿Después del aviso verbal vendrán los vetos? ¿La retirada de acreditaciones? ¿Las prohibiciones para hacer entrevistas a los jugadores o para acceder a los partidos? ¿Las amenazas directas o veladas? ¿Las llamaditas cuestionando el trabajo de los auténticos profesionales de la comunicación? ¿El insaciable deseo del control periodístico? ¿El intentar poner titulares? ¿Las mentiras mil veces repetidas para que parezcan verdades? Todo es mucho más sencillo. Se habría ahorrado las críticas recibidas respondiendo, con el convencimiento de quien ejerce liderazgo, que: "La afición está en su derecho a silbar porque paga su abono, porque lleva tantos años dando apoyo que también está legitimada para criticar. Pero este señor que está a mi lado, el señor Torrecilla, quien les habla y todos y cada uno de los profesionales que pertenecemos al Betis, vamos a luchar sin descanso para transformar esos pitos en aplausos. Sólo les pido la lógica paciencia que debemos tener con un proyecto que ha implicado muchísimos cambios". Con ese mensaje habría dejado zanjada una 'mini-crisis' de derrota ante el intratable Barça y empate sin goles frente el Deportivo.

Tampoco encontró Haro las palabras adecuadas para zanjar la pregunta sobre Kadir y la posible vinculación de su salida del club con las denuncias presentadas por su pareja por presunta violencia de género. Se negó a contestar, con lo fácil que le habría resultado decir que "su marcha estaba cerrándose mucho antes de que saltaran a la luz pública esas denuncias". Confiemos en que haya sido un mal día. Haro tiene tiempo, con este parón liguero, para reflexionar y llegar a una conclusión: será más fácil que encuentre en la prensa los verdaderos problemas que no dejan crecer al Betis -si lee y escucha con los cinco sentidos-, que las ridículas campañitas orquestadas a las que alude emitiendo un pestilente tufo a pasadas cloacas que dábamos por superadas.
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