Lo tiene fácil Setién

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Lo tiene fácil Setién
- Joaquín Adorna (@JoaquinAdornaED)
Lo tiene fácil Setién y, sin embargo, no termina de coger el pulso a un Betis que, tras el fracaso copero y sin temores clasificatorios a la vista, debería expresar y pelear abiertamente por una plaza europea -el sexto puesto que ocupa el Villarreal lo tiene a 4 puntos y el séptimo del Girona, a 3-. Lo tiene fácil Setién, pero se complica la vida 'fumando cosas raras' e intentando hacer de cada alineación una original y controvertida apuesta personal. Un invento para cada partido repartiendo minutos bajo su particular sentido de la meritocracia. Cuando le ha salido bien, cuando ha ganado partidos y puntos descubriendo a canteranos como Loren o Junior, se le ha aplaudido. Eso sí, sin dejar de cuestionar unas decisiones que, desde fuera y sin contar con todos los datos que él maneja, no parecen plenas de sentido.

Lo tiene fácil Setién porque tiene mucho y bueno donde elegir y, sin embargo, aún no ha encontrado un once reconocible. Aunque perdió por lesión a Sanabria, en su estilo inicial sólo entra un punta y cuenta con Sergio León, con Rubén Castro -no parece santo de su devoción- y con su apuesta personal, Loren, a quien dio la titularidad en Mestalla por delante del máximo goleador del equipo. No le importa a Setién asumir el riesgo que supone recurrir a un chaval en campo minado y sentar a un profesional, pese a que puede pasar lo que ocurrió en Valencia, que no hay medalla que colgarse porque no apareció la estrella de Loren y el Betis perdió sin que Sergio León saltara al campo.

Apostar por los canteranos suena fenomenal. Ponerlos en el escaparate de LaLiga puede resultar fantástico porque los jóvenes, si rompen en futbolistas, pueden aportar la siempre necesaria sangre -con nuevos bríos- de la casa y un puñado de millones de euros a las arcas del club. Ahora bien, la explosión de Francis o Junior no debe generar pérdidas en el valor mercado de Barragán o Durmisi. Siempre será mejor que el joven vaya a la sombra del profesional, a que el primero mande al banquillo o a la grada al segundo. En Setién recae la responsabilidad para que no se invierta la lógica en los papeles que uno y otro deben desempeñar.

También Setién, que está haciendo grande a Fabián, debe mejorar las cualidades de Tello y lograr la continuidad en su rendimiento que el extremo buscaba en el Betis; hacer brillar el talento de Boudebouz o la jerarquía de Javi García, en vez de meterle en el mar de dudas en el que también ha caído Camarasa, del que se espera mucho más; como debe conocer los límites de Joaquín para dejar de exprimirle cuando ya no hay.


De los casos particulares, al estilo general. Lo tenía fácil Setién porque su idea inicial de fútbol atrevido y de posesión había conectado con los aficionados, que empezaban a ver a un equipo reconocible con el que sentirse orgullosos. El zarpazo en el Bernabéu y la ‘manita’ histórica en el derbi habían supuesto una fuerte inyección de confianza a la apuesta. Sólo había que retocarla para dar con el equilibrio que evitara la sangría de goles encajados. Sin embargo, el estilo de partida se ha ido deformando y ha derivado en un 'plan B', que no existía, y que es la cara inversa al 'plan A. De equipo dominador y atacante, a excesivamente arropado llegando con muchas dificultades -y en inferioridad- a la meta contraria. Además, sin correspondencia entre lo que se vende en la previa con lo que se ve sobre el terreno de juego.

La pérdida de Feddal por lesión mermó el potencial defensivo del equipo en lo que a agresividad se refiere, pero la llegada de un futbolista de la calidad de Bartra está aportando la seguridad que tantas veces demandada. Seguridad que nadie tiene que ver con la acumulación de centrales, como se pudo comprobar en el segundo tanto del Valencia, con Zaza desmarcado en una zaga plagada de béticos.

En el último tercio de Liga el Betis sigue siendo un esperanzador esbozo y Setién cuenta, y es mérito suyo haberlo logrado, con lo más importane: un vestuario formado por un grupo sano, comprometido, con muy buena predisposición y plena implicación. Serra ya acepta el objetivo de luchar por Europa, reto al que aspiran Girona o Eibar y que debe ser obligado para el octavo presupuesto de la competición. Lo tiene fácil Setién.
 
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