Si hablásemos de un equipo perfecto, el
Real Madrid estaría cercano a esa definición. Proclamarse campeón de la
Liga de Campeones dos veces, y de forma consecutiva, en la época moderna es algo casi imposible y este equipo lo ha conseguido. Un conjunto con una cantidad de recursos prácticamente infinitos, con un enorme fondo de armario, en el que no baja el nivel juegue quien juegue, al que es muy difícil batir, y más si le rindes visita en su estadio, el
Santiago Bernabéu. Aunque bien es cierto que esta temporada, se le está resistiendo obtener victorias como local, puesto que en sus primeros dos compromisos en su feudo, el conjunto que dirige el entrenador francés Zinedine
Zidane ha sido incapaz de conseguir los tres puntos en juego.
Eso le supondrá una motivación extra para el
Real Madrid, que sabe que no puede permitirse más fallos si quiere seguir la estela de los primeros clasificados en
LaLiga.
Futbolísticamente hablando, es una escuadra capaz de adaptarse a cualquier circunstancia o tipo de contienda. Casi perfecto en el juego de toque, donde podría competir con el mejor
Barcelona de la era
Guardiola, también posee un contragolpe letal, en el que la velocidad de
Gareth Bale y Cristiano Ronaldo hacen de las suyas. El delantero luso vuelve hoy tras cumplir y, junto a él,
Marcelo, creador del juego ofensivo desde el lateral siniestro. El portugués llega hambriento.
Estos ingredientes más se añaden a la irrupción de un
Marco Asensio que empieza a consolidarse entre la elite mundial, entre los mejores futbolistas del mundo. Es díficil, pero en fútbol no hay nada imposible.