El Sevilla de Eduardo Berizzo visitará hoy Montilivi, cobijo de un Girona novato en la élite que afronta este inicio de temporada con la ilusión de todo recién ascendido y con la motivación, además, de un plantel que se ha hecho fuerte en casa (un empate ante el Atlético (2-2) y una victoria (1-0) frente al Málaga). Un conjunto que 'baila' a un son muy particular, el que marca Machín; pero Pablo, no Antonio. Y es que el técnico soriano poco entiende de gardenias, pero sí mucho del 5-3-2. Un sistema que utiliza de manera continuada y casi fija desde que arribó a Girona, habiéndolo desdibujado en ciertas ocasiones en un 3-4-2-1 durante su breve e intensa experiencia en Primera, la cual se resume en tres partidos.
Un equipo, el Girona, presidido por el mítico Delfi Geli, que está muy bien trabajado y que presenta una idea muy clara de juego. Con tres defensas centrales y dos laterales larguísimos, de recorrido, basa su fútbol en las bandas y en buscar centros al área para que los cace el 'killer' albirrojo, Stuani.
A la hora de defender, se caracteriza por presionar alto la salida de balón rival, promoviendo así el golpeo en largo del contrario, situación en la que se encuentran más cómodos. Su mayor virtud, sin duda, es su idea de equipo, amén de esa relación comercial que mantiene con el Manchester City, lo que le permite contar con jóvenes talentos como Maffeo, Aleix García o Marlos Moreno.