Jesús Gómez, inspector jefe del dispositivo de seguridad de la Policía Nacional en la Vuelta a España, representa el maillot azul del equipo que garantiza que el espectáculo del ciclismo no se vea empañado por actos terroristas o actuaciones que alteren el orden en las zonas que reúnen a los aficionados.
El trabajo policial de la Unidad de Intervención Policial (UIP), coordinado al día con los mandos de la Guardia Civil, trata ante todo de asegurar el "control de masas" en la salida y meta y en todos aquellos lugares donde se concreta el pulso de la carrera.
"El objetivo del operativo es garantizar la seguridad en la salida, el recorrido , la meta y todas las instalaciones y posiciones relacionadas con la Vuelta, como los autocares de los equipos, el control de firmas, el punto de encuentro y la oficina permanente de la carrera, que también alberga la sala de prensa", explica a EFE el responsable del mando policial en la Vuelta.
Alrededor de 80 policías trabajan a diario para que la Vuelta sea noticia solo por las hazañas de los ciclistas, y no por incidentes que alteran la tranquilidad. Una vez dada la salida de cada etapa, el equipo policial se traslada a meta, donde se concentran los factores a controlar.
Sin duda, los últimos atentados de Cataluña el pasado mes de agosto han obligado a redoblar los esfuerzos de la Policía Nacional y a tomar medidas especiales.
"Existe alarma nivel 4 por la eventualidad de un ataque terrorista y a la vez debemos controlar la delincuencia común. El trabajo consiste en el control de masas, detectar donde se producen aglomeraciones de personas para tratar de evitar avalanchas, empujones...Hay que garantizar la seguridad del público y que la ciudad que acoge la Vuelta siga en la medida de lo posible con su ritmo de vida normal".
Sin duda, la posibilidad de un ataque terrorista es la principal preocupación de la UIP, lo que obliga a intensificar los esfuerzos y las medidas de prevención.
"Es un riesgo que se tiene en cuenta. Entres las medidas de prevención está el empleo de vehículos interpuestos en las cercanías de aglomeración de publico para evitar accedan otros vehículos con objetivos violentos. Además los efectivos cuentan con fusiles de asalto para neutralizar posibles ataques"
Según detalla Jesús Gómez, el control de las zonas ocupadas por los espectadores se efectúa mediante "pastillas", que tratan de dividir las áreas que concentran público para aislar una zona de otra, de manera que si existe un problema en un sector concreto no afecte al de al lado. Más o menos como sucede con los cortafuegos en los incendios, se trata de que no se propague el problema".
Jesús Gómez considera que "lo que más preocupa es que la Vuelta salga bien, sin problemas de seguridad, ya que se trata de un acontecimiento de gran repercusión mediática, un escaparate idóneo. Queremos que se hable del espectáculo, no de la policía, eso sería el mejor síntoma".
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