La detención de Villar y los dopajes de Froome y Rusia, los borrones del año

La detención de Villar y los dopajes de Froome y Rusia, los borrones del año
La detención de Villar y los dopajes de Froome y Rusia, los borrones del año - Olga Martín
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El fútbol español protagonizó la bomba del verano al presenciar el 18 de julio la detención de Ángel María Villar, hecho que le sumió en una crisis institucional todavía abierta y prolongada durante un año en el que arrancó el juicio por corrupción en la FIFA y el escándalo de dopaje en Rusia pareció tocar fondo, aunque apareció el positivo de Chris Froome.

El encarcelamiento de Villar, su hijo Gorka y su vicepresidente Juan Padrón, fue más que viral para un deporte que el primero comandaba desde 1988 y que tuvo que buscar soluciones de urgencia para poner en marcha la temporada, al margen de sumergirse en un laberinto judicial y una pelea por el sillón presidencial.

Administración desleal, apropiación indebida y/o estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares son los presuntos delitos cometidos por los tres, según el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que les mantuvo once días en prisión e investiga a media docena de presidentes territoriales y empleados de la RFEF.

Todavía en proceso de instrucción, la Operación Soule subyace en el día a día de la RFEF, comandada desde entonces por Juan Luis Larrea, anterior tesorero, y con una moción de censura promovida por Luis Rubiales, expresidente del sindicato de futbolistas, contra Villar, que había sido reelegido el 22 de mayo.

Los numerosos recursos pendientes de resolución, trato en juzgados ordinarios como en el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), condicionarán un desenlace, que puede pasar por repetir el proceso electoral completamente, por votar la moción de censura o por inhabilitar en su cargo a Villar, que ha recurrido contra todo esto.

Suspendido hasta julio de 2018, Villar ha negado haber cometido delito alguno y ha denunciado un golpe de Estado organizado para apartarle como presidente. No piensa dimitir como sí hizo de las vicepresidencias y otros cargos que ocupaba en la UEFA y en la FIFA, organismos también afectados por casos de corrupción.

En el banquillo de un juzgado del distrito neoyorquino de Brooklyn se sentaron a mediados de noviembre el brasileño José María Marín, expresidente de la Confederación de Brasil; el paraguayo Juan Ángel Napout, expresidente de la Confederación Sudamericana (Conmebol) y su homólogo en Perú Manuel Burga.

Ninguno admitió los cargos que les imputan por enriquecerse ilícitamente con sobornos por los derechos de transmisión, como sí hizo una veintena de encausados que están a la espera de sentencia.

Jeffrey Webb, de Islas Caimán y expresidente de la CONCACAF, Jack Warner (TRI), exvicepresidente de la FIFA y exjefe de la Concacaf también, Rafael Esquivel (VEN), Julio Rocha (NIC), Bryan Jiménez (GUA), Rafael Callejas (HON) y Eduardo Li (CRC), responsables de sus respectivas federaciones son parte de ellos.

Junto a los "líos" del fútbol, el dopaje tuvo su propio espacio en 2017 y Rusia tuvo el protagonismo hasta que el día 13 se conoció el positivo del ciclista británico Chris Froome conocido hace días durante la última vuelta a España.

El broncodilatador salbutamol ha puesto en cuestión al cuatro veces ganador del Tour de Francia, positivo el 7 de septiembre.

Respecto a Rusia el informe McLaren, que acusaba al país de dopaje sistemático entre 2011 y 2015, siguió teniendo secuelas, que desembocaron en la reciente decisión del COI de suspender al comité olímpico ruso, aunque sus atletas podrán competir en PyeongChang.

La condición del COI, que ha impuesto más de una treintena de sanciones a atletas rusos por dopaje en Sochi 2014, es que lo hagan como atletas olímpicos de Rusia y bajo la bandera olímpica.

Para el COI, que creó una comisión para investigar el caso, lo que se hizo en el país fue "un ataque sin precedentes contra la integridad de los Juegos y del deporte".

Mientras tanto, y pese a las exclusiones que el COI decidió de mandatarios rusos, como el ministro de Deportes Vitaly Mutko, Moscú cerro su propia investigación.

Rusia no admite que hubo dopaje de Estado, pero sí que en su laboratorio había un grupo de personas encabezadas por su director que daba sustancias dopantes a los deportistas y cuando daban positivo cambiaba las pruebas y ocultaba sus resultados.

Vladímir Putin garantizó que Rusia no boicoteará los Juegos PyeongChang 2018, pero aunque denunció que "las acusaciones" a su país se basen en afirmaciones "que no han sido demostradas" y que provengan de una persona cuyo estado psíquico y catadura moral, "deja mucho que desear".

El mensaje se dirige a Grigori Ródchenkov, principal informante de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) para el informe McLaren, presuntamente ahora en Estados Unidos y protegido por el FBI.

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