El
Senado gastó el año pasado 2,46 millones de euros en pagar los viajes que realizaron los 266 senadores, tanto para realizar su trabajo parlamentario, como para actos políticos o viajes oficiales, según los datos publicados por la Cámara. De media, al mes, 770 euros por senador.
La institución que preside Pío García-Escudero decidió dar a conocer estos datos en 2014 como una de las medidas para aplicar la ley de Transparencia y a raíz de la polémica por el pago de viajes a Canarias de José Antonio Monago cuando era senador por Extremadura.
La
Cámara cubre los gastos de sus señorías en los medios de transporte colectivo, sea avión, tren, autobús o barco, así como la gasolina de quien use coche (0,25 euros por kilómetro) y el coste de los peajes.
Los viajes deben estar justificados y autorizados por los portavoces y realizarse para desempeñar la actividad parlamentaria, o realizar actividades de naturaleza política, sectorial o de representación institucional. Están también incluídos los viajes oficiales. Las cifras que se publican son las totales y no se diferencian por grupos parlamentarios, ni por senadores o destinos.
Visto el año completo, resulta que el trimestre que va de abril a junio fue el más viajero: 758.921,06 euros pagó el Senado en total, de los que 633.815 fueron para los desplazamientos por la actividad parlamentaria.
Los
viajes oficiales se fueron reduciendo sin embargo conforme avanzaba el año. Y si de enero a marzo costaron 6.050,53 euros, se redujeron a 3.470 euros el trimestre siguiente y a 2.840 de julio a septiembre.
El
Senado paga todos estos viajes que necesiten hacer sus señorías para trabajara, y también pone a su disposición una tarjeta de 3.000 euros anuales para pagar taxis (que pueden usar o no) y otros 3.419,87 euros mensuales para transporte del grupo parlamentario, el coche oficial que puede utilizar el portavoz. Al año, estos dos conceptos suman otros 800.000 y 290.000 euros, respectivamente.