El Sevilla tiene ante sí un importantísimo reto este verano: reemplazar a alguien tan insustituible como Jesús Navas. Una empresa que, a priori, promete ser tremendamente complicada. Y ya no sólo por el carisma y la calidad del extremo diestro palaciego, sino porque durante las diez temporadas que ha estado en la plantilla nervionense
muchos futbolistas llegaron al club con la tarea de hacerle competencia y siempre fracasaron.De hecho, incluso los cuatro que se desenvolvían en su demarcación cuando debutó, en la 03/04, se pueden contar, aunque de un modo ´sui géneris´, entre sus víctimas. Porque aunque el ´Duende´ apenas jugó cinco duelos e, incluso, comenzó
la 04/05 en el filial, Gallardo, Marcos Vales y su propio hermano, Marco Navas, tuvieron que cambiar de aires. Poco después lo haría Redondo, único que siguió y que en junio de 2005 se vio obligado a marcharse, ya que la explosión del ahora ´citizen´, que ya era un habitual en las alineaciones, le dejó fuera de la circulación.
Para entonces, ya
intentaban pelearle el puesto Jesuli y Fernando Sales, a los que fue dejando sin opciones según se iba agigantando su figura. Además, su capacidad para salvar las lesiones aumentaban su peso en el equipo, hasta el punto de que cuando llegaron los títulos ya era un auténtico intocable.
No obstante,
en Nervión se fijaron en De Mul para complicarle las cosas, pero, al final, los problemas físicos y su eterna titularidad acabaron en apenas dos años con el belga.
Algo más de guerra le dio Alfaro, que emergió como alternativa desde el filial,
pero al que la falta de oportunidades le llevó a emigrar al Tenerife, donde se ganó el derecho a volver e, incluso, a jugar, aunque, eso sí, porque Navas estaba lesionado. Pese a ello, en 2011 se fue a Mallorca, dejando sin relevo al palaciego, al que
tampoco Stevanovic ha sido capaz de pelearle el puesto desde que llegó en diciembre.
Ahora, ya con el ´Duende´ en el City, el Sevilla está obligado a acertar.