Rakitic, la precisión de un lanzador a larga distancia

"Falta de fluidez", lo justifica Unai Emery. La realidad es que su Sevilla está mostrando tener, ya desde comienzos de la temporada, muchos problemas en sus ataques posicionales. Dicho de otro modo, carece de claridad para llegar al marco rival si no es en rápidas transiciones. La saca jugada, con los centrales muy abiertos y los laterales casi de extremos, para que éstos se metan por dentro. Ese embudo le funciona, porque los adversarios acaban cediendo mucho terreno.


El atasco, la precipitación y la falta de ideas llegan, no obstante, en la zona de tres cuartos, donde cada mediapunta acaba intentando hacer la guerra por su cuenta ante la incapacidad colectiva para desarmar el orden del rival. Así, el Sevilla pierde una infinidad de balones en la última fracción de campo y, facilita, a su vez, que le hagan daño al contragolpe. Emery, por ello, pide a sus hombres que aseguren el pase si tienen a muchos compañeros por delante del balón, algo que suele traducirse en horizontalidad.


Ante el Friburgo, pese a ello, sí hubo remedio eficaz. "Aún teniendo el partido controlado, necesitábamos dar más, más entradas por banda, de segunda línea hacia la espalda de la defensa, y la hemos encontrado en la acción del penalti", dijo el técnico vasco. Él dio la orden en el descanso y Rakitic se erigió en su brazo ejecutor. El suizo-croata se ofrecía al perfil zurdo de la defensa para sacar el balón y, ante la falta de fluidez, decidió buscar el pase en largo al lado opuesto, por donde entraron una y otra vez Diogo y Jairo. En total, casi una veintena de desplazamientos lejanos para dejar varias veces de gol a sus compañeros, entre otras, la que propició la pena máxima a Bacca y la consiguiente roja a Diagne.


Ello arroja aún más valor al elevadísimo porcentaje de pases completados de Rakitic, un 91% (67 de 74). Pero el líder actual del Sevilla, además, corrió; tanto, que pisó todas las zonas del campo. Pese al preciso Rakitic, a Emery le urge mejorar su ataque posicional, porque quizás el ex del Schalke ande menos fino otro día o, simplemente, no esté. Ya acumula 1.700 minutos.