El plantel nervionense le dedicó a su afición el último encuentro de la temporada 2013/2014, en el que doblegó al Elche por
3-1 para sumar
63 puntos en Liga.
Tras la victoria del Villarreal ante la Real Sociedad, Sevilla y Elche sabían desde las primeras horas de la tarde que
no se jugarían más que la honra en el choque de las 21:00 horas.
Emery optó por disponer un once con dos
novedades muy positivas: la entrada de los canteranos
Carlos Fernández y Cotán. El ariete y
Reyes, fueron los jugadores más activos de la entidad local durante los primeros 45'.
La dinámica del primer tiempo tuvo
dos variantes. En la
primera de ellas, el Elche gozaba de las posesiones más longevas y se acercaba al área de Javi Varas, pero la calidad individual de sus jugadores no dio paso a ocasiones de gol. Mientras tanto, el Sevilla optaba por el 'pelotazo arriba' y los balones al espacio para buscar la diana. La
segunda dinámica, durante la cual llegó el tanto de Iborra, se parecía más al Sevilla de Unai Emery en casa: jugadas con génesis en la zaga, combinaciones con paciencia y esperando a que los de arriba se moviesen para buscar el pase al hueco. En esta segunda variante de fútbol, el Elche se limitaba a ser un mero espectador y solo sus defensas actuaban; aunque normalmente para despejar a saque de esquina.
En uno de esos córners llegó el
1-0. Reyes centró, Fazio la peinó hacia Coke y el lateral, forzado, pudo pasarle el cuero a Iborra para que empujase hacia las mallas de Manu Herrera (16').
Más allá del gol del de Moncada, las ocasiones de gol de Sevilla y Elche no llegaron a buen puerto.
Carlos Fernández tuvo las más claras: un disparo desde la frontal que se fue muy desviado (9') y, la principal, un balón que se bloqueó entre sus piernas tras un pase de la muerte de Jairo (37'). El conjunto de Escribá solo chutó a puerta una vez; el cordobés
Javi Flores, asistido por Fidel, probó a Javi Varas, pero el de Pino Montano blocó en dos tiempos.
De la segunda mitad se desprendieron dos claves. La
primera de ella fueron las ganas de Carlos Fernández, que no se cansó de pedir el balón y buscar el anhelado tanto. Dejo entrever que hay madera.
Otra clave fue el gran papel de Reyes y Diogo. Ambos asistieron a sus compañeros en múltiples ocasiones y, de hecho,
el segundo tanto de Iborra y el gol de Jairo llegaron gracias al utrerano y el luso. El de Moncada definió como un 'killer' tras un pase elevado del canterano (71'), mientras que el cántabro, en una maniobra extraordinaria, fusiló a Manu Herrera tras centrar el exjugador del Paços (60').
Más allá de eso, el choque permitió a la grada del Pizjuán disfrutar como en sus mejores años. Todo el repertorio de cánticos
retumbó en los vomitorios del Sánchez Pizjuán. Las posesiones estériles no aburrieron a los 34.268 espectadores presentes, que tampoco se inmutaron con el gol de
Boakye, tras pase de Rodrigues en la última jugada del duelo (92').
Tras el pitido final, los jugadores dieron la
vuelta al terreno de juego y agradecieron a la afición su apoyo durante una temporada que será difícil de olvidar.
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